
Fuente: Pixabay/ Nattanan Kanchanaprat
Libertad Financiera
SUMA DE CONOCIMIENTOS,
BUENOS HÁBITOS
Y SUPERACIÓN DE OBSTÁCULOS

Escrito por Jéssica Morales
Alcanzar libertad financiera implica, para las mujeres, mayores desafíos que para los hombres. La población femenina enfrenta tasas de desempleo y de informalidad laboral más altas. En promedio los salarios de las mujeres son inferiores a los los de los hombres y un menor número de mujeres tiene cuenta bancaria y ahorros.
Antes del inicio de la pandemia del COVID-19 la población femenina en condición de pobreza era mayor que la población masculina. Datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indican que en 2019 por cada 100 hombres que vivían en hogares pobres de la región había 112,7 mujeres en la misma condición.
Con la llegada del coronavirus se agudizó la pobreza en la población femenina. La Cepal estima que alrededor de 118 millones de mujeres latinoamericanas estarían en esta situación, lo que significaría un aumento de 23 millones con respecto a 2019.
La Oganización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que ante la crisis propiciada por la pandemia, en 2020 el empleo total en el mundo se redujo en 114 millones de trabajadores, porque se quedaron sin trabajo o porque abandonaron la fuerza laboral. El impacto de la pandemia en el mercado laboral mundial afectó más a las mujeres que a los hombres. Según la OIT, el empleo femenino se redujo en 5% mientras que el masculino se contrajo en 3,9%.
En su informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo. Tendencias 2021, la OIT precisa que 90% de las mujeres que perdieron su empleo en 2020 abandonaron la fuerza de trabajo, por esto considera que la interrupción en su desempeño laboral podría ser prolongada.
La brecha salarial entre hombres y mujeres ha persistido a nivel global. Antes de la pandemia del coronavirus, según cálculos de la OIT, el salario de las mujeres era apróximadamente 20% inferior que el de los hombres.
Superar las limitaciones sociales, profesionales y laborales en su entorno no es el único desafío que deben enfrentar las mujeres; además, deben lograr tener educación financiera para manejar eficientemente sus recursos, crecer económicamente, construir un patrimonio y alcanzar libertad económica.
Sin embargo, también existen brechas entres hombres y mujeres en cuanto a la educación finaciera. Para cerrarlas y ampliar la población masculina y femenina con dominio de herramientas y términos financieros básicos, se necesitan políticas públicas y programas impulsados por el sector privado y por organismos internacionales. Hay varios en desarrollo en distintos países, pero hace falta un mayor esfuerzo global.
La desigualdad de género también se evidencia en el acceso al sistema financiero y sus servicios. El informe Global Findex 2014 del Banco Mundial señala que mientras el 65% de los hombres tiene una cuenta bancaria, la cifra de mujeres es 58%.
Según los datos del Banco Mundial, específcamente en América Latina y el Caribe, solo 49% de las mujeres tenía una cuenta bancaria en 2014, frente al 54% de los hombres. Un 11% de las mujeres reportó tener ahorros y un 10% dijo disponer de crédito en el sistema financiero, lo que representó cifras inferiores a las de 16% y 13% respectivamente registradas en la población masculina.
Incusión, orientación y hábitos en el manejo de las finanzas

Al igual que los hombres, es fundamental que las mujeres estén bancarizadas, que conozcan los servicios financieros a los que pueden optar, que utiicen los que mejor se adaptan a sus necesidades y metas, que ahorren formalmente y que adicionalmente inviertan.
Manejar con eficiencia las finanzas personales implica conocimiento, planificación y una serie de hábitos que deben incluir:
1.
Hacer un presupuesto mensual en el que se detallen todos los ingresos y los gastos. Esto permitirá saber con cuánto dinero se cuenta, cómo se está distribuyendo y cuánto se necesita para atender las necesidades personales y familiares.
Los gastos y los ingresos deben estar discriminados en fijos y variables. En el caso de los gastos se debe registrar hasta los que parecen insignificantes como los destinados a café, tickets de estacionamiento, propinas y golosinas. Al sumarlos cada mes el monto puede sorprender.
Se debe hacer un seguimiento constante al presupuesto para determinar si se está cumpliendo con lo planificado, si se requieren recortes de gastos o una mejor distribución de los recursos, o si es necesario buscar fuentes de ingreso adicionales.
2.
Pagar las deudas pendientes debe estar reflejado en el presupuesto y debe incluir la cuota mensual de las tarjetas de crédito, y las de cualquier otro tipo de financiamiento otorgado por los bancos. También el reembolso de los préstamos recibidos de familiares, amigos y conocidos.
El monto total de los recursos destinados al pago de deudas no debe superar el 30% del ingreso mensual.
3.
Un hábito imprescindible para construir patrimonio es alcanzar metas financieras y atender imprevistos es el ahorro. Cada mes se debe guardar un porcentaje del ingreso. Es conveniente analizar el rendimiento de los distintos productos que ofrecen los bancos por mantener allí el dinero y seleccionar el que mejor se ajuste a las metas, perfil y necesidades del ahorrista. Dependiendo de factores como la inflación y la devaluación también se debería analizar la posibilidad de mantener al menos una porción del ahorro en monedas fuertes como el dólar y el euro.
4.
Además de ahorrar es conveniente invertir; es decir, poner a trabajar parte del dinero para que genere utilidad. Dependiendo de su perfil y de sus objetivos financieros, la persona debe analizar y decidir en qué invertir. Bonos, acciones de empresas, criptomonedas e inmuebles son algunas opciones. También podría invertir en activos productivos, que son aquellos muebles, inmuebles u objetos que no se adquieren para uso personal o familiar, sino para producir dinero. Por ejemplo, máquinas de coser para confeccionar vestidos para la venta o un camión para prestar servicios de transporte y mudanzas.
5.
Prepararse para imprevistos. Contar con un seguro de salud, de vivienda y de vehículo permitirá atender eventualidades indeseadas sin desajustar completamente las finanzas. También es recomendable construir un fondo para emergencias que cuente con la cantidad de dinero que permita cubrir tres meses de gastos ordinarios.

Jéssica Morales
Periodista de la fuente de Economía y Finanzas en Venezuela con una importante trayectoria en televisión, radio y prensa. Conductora del espacio “Primera Hora” transmitido por VivoPlay y TVV en los Estados Unidos. Productora y presentadora de la serie auditiva de economía en términos sencillos “En Cuenta”, difundida por El Pitazo e Imagen de la serie Consejos Financieros de Banesco Banco Universal. Esta Visionaria de los Negocios será nuestra Colaboradora Principal de la sección de Economía y Negocios de la revista y, seguramente, tendré el privilegio de contar con ella en el desarrollo de otros contenidos.
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