Amparo Alonso:“Hemos sido pioneros en esta inteligencia artificial ética en la que ahora todo el mundo está interesado”

SSi bien hace menos de un año las palabras “inteligencia artificial” estaban relegadas a ámbitos técnicos, todo ha cambiado desde el pasado otoño. Según la herramienta Google Trends, que recoge datos de las búsquedas realizadas en internet desde 2004, la curva de búsquedas de las siglas “IA” muestra una clara tendencia al alza desde septiembre de 2022.

Tomando en cuenta los datos de mayo de 2023 (mes que en España ha registrado el récord de búsquedas relacionadas con IA en la historia del buscador) y tomando como referencia el inicio de la popularidad del término, se puede decir que las pesquisas han aumentado en más de un 310 % en solo 7 meses.

Comparando las búsquedas en Google asociadas a “riesgos de la inteligencia artificial” frente a “beneficios de la inteligencia artificial”, la primera opción se lleva más de la mitad de las búsquedas, y es que en cuestión de meses casi todo el mundo se ha formado una opinión sobre su uso. 

Los temores de los usuarios no han hecho más que aumentar, especialmente tras la apertura al público del famoso Chat GPT a finales de noviembre de 2022 y la carta abierta publicada en marzo firmada, entre otros, por el magnate Elon Musk en la que se pedía pausar temporalmente el desarrollo de las IAs avanzadas.

⇒¿Por qué nos da tanto miedo esta nueva etapa?

Amparo Alonso, una de las mayores expertas de España en Inteligencia Artificial, especialista de referencia para este campo en la Comisión Europea e incansable divulgadora sobre sus posibilidades ha dejado un hueco en su apretada agenda para contestar a las dudas planteadas desde Visionarias.

Nacida en Vigo, esta gallega licenciada en Ingeniería Química es actualmente presidenta de la Asociación Española de Inteligencia Artificial (AEPIA) y coordinadora del grupo de investigación LIDIA (Laboratorio de I+D en Inteligencia Artificial) de la Universidad de A Coruña.

Ha sido, además, la primera española becada en el programa internacional L’Oréal UNESCO For Women in Science y muestra una clara voluntad de visibilizar y reivindicar el trabajo de las mujeres en el mundo tecnológico. Con ella hemos hablado de tú a tú sobre los sesgos de género de la IA, sus efectos en el cambio climático o su impacto en el empleo.

P: En una entrevista realizada hace unos meses abogabas por la necesidad de incluir mujeres en los equipos que desarrollan tecnología para reducir sus sesgos, ¿sigues creyendo que esta es una posible solución?

Amparo Alonso: A lo que yo me refería es que cuanto más diverso sean los equipos, más fácil será poder detectar los sesgos, porque es natural que las mujeres pensemos en cosas que a nosotras nos ocurren y que para otras personas pueden pasar inadvertidas. Por poner un ejemplo que pueda entender todo el mundo, podemos hablar de los cinturones de seguridad. Si en los equipos de ingenieros que los diseñaron hubiera mujeres, se darían cuenta de que no son cómodos para las embarazadas, por ejemplo. No me refiero, por supuesto a que todo se vaya a solucionar con la llegada de las mujeres al mundo de la informática, pero es cierto que cuantos más puntos de vista haya, más enriquecida estará la herramienta.

P. En los últimos meses, con la llegada de Chat GPT ha habido un boom, todo el mundo ha empezado a hablar de inteligencia artificial, ¿te ha sorprendido?

Amparo Alonso: Yo llevo hablando de inteligencia artificial desde que finalicé mi grado, no es algo nuevo para mí, pero sí que es cierto es que desde hace unos años ha pegado un boom porque ha saltado a la industria y hay un interés mediático muy fuerte hacia este ámbito.

Pero no es tampoco nada nuevo para el usuario; casi todos hemos interactuado con Siri, con Alexa o con Cortana o hemos encendido nuestro móvil usando nuestra huella dactilar. Detrás de todo eso hay inteligencia artificial.

El cambio ha llegado con Chat GPT porque casi nadie se esperaba un chatbot tan natural, tan conversacional.

Si bien hay gente que duda de él porque comete errores, porque consume muchos datos… bueno, yo creo que es un avance importante, aunque no hay que obviar que tiene su controversia.

P: Precisamente esta controversia ha crecido a raíz de una carta abierta de múltiples personalidades, entre ellas Elon Musk, que abogan por frenar el avance de la IA unos meses para plantear nuevas regulaciones. ¿Te parece una opción coherente?

Amparo Alonso: Yo no entiendo la utilidad de una moratoria de estas características. Entiendo que hay que regular los productos, ChatGPT 4 es un producto que si quiere estar en el mercado debe cumplir la regulación de uso, que es algo que ya está poniendo Europa sobre la mesa.

Por todos estos desafíos de regulación se está creando la AESIA, que es la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial, que es la primera de toda Europa y que va a estar aquí, en A Coruña. Entre los cargos de esta agencia está velar por un uso ético de la inteligencia artificial, que sea sostenible.

Todo esto se está regulando y se espera que entre en vigor en 2024. Estados Unidos también ha sacado una propuesta de regulación similar a la europea, aunque imagino que tardará más en llegar. Si hablamos de productos estoy totalmente a favor de su regulación, pero detener la investigación me parece poco realista y poco interesante, porque evitas que precisamente sea esta inteligencia artificial la que aporte soluciones.

Por poner un ejemplo que a todo el mundo le parece llamativo: la imagen del Papa con un abrigo blanco. Si nos paramos a ver la imagen, nos damos cuenta de que no tiene mucho sentido, de que posiblemente sea un fraude. Los fraudes no los ha inventado la IA, lo único que hace es que sean más complicados de detectar para el ojo humano. Si bien es cierto que hay gente intentando hacer imágenes falsas con mayor realismo, también hay gente investigando para detectar estos fraudes; si frenas la investigación, frenas las posibles soluciones a estos problemas.

“Los fraudes no los ha inventado la IA, lo único que hace es que sean más complicados de detectar para el ojo humano”

P. En 2017 firmabas un artículo de opinión en El País en el que hablabas precisamente de estos retos éticos ligados a la IA. ¿Crees que en estos años se ha aprovechado el tiempo para encontrar soluciones a estos retos?

Amparo Alonso: Una de las cosas que hemos conseguido es que la gente entienda que esto es así, que existe y para solucionar problemas lo primero es saber qué problemas tenemos. La gente es consciente de que la inteligencia artificial puede hacer cosas estupendas: ayudarnos a trabajar, frenar el cambio climático, ayudarnos en la transición energética…

Pero también tiene unos efectos que hay que controlar, como cualquier tecnología, no es algo sorprendente.

Primero se inventó el automóvil y después se dieron cuenta de que era necesario regularlo, se creó el código de circulación, los cinturones, se puso una edad mínima para conducir. Un coche sigue sirviendo para hacer cosas malas, puedes matar con él, pero la mayoría de la gente no lo hace, porque eso tiene unas consecuencias.

¿Con la inteligencia artificial es imprescindible esa regulación? Creo que todos somos cada vez más conscientes de que sí y en ello debe implicarse a poderes públicos, expertos, empresas y también a los ciudadanos.

P. Uno de los temores que más se repite es cómo va a afectar esto al empleo. ¿Qué impacto tendrá, especialmente en profesiones más feminizadas?

Amparo Alonso: La mayoría de los estudios de diferentes consultoras muestran que la mayoría de nosotros vamos a tener que cambiar la forma de trabajar, nos vamos a tener que acostumbrar a trabajar cada vez con más tecnología alrededor y, claro, eso significa que tenemos que aprender a relacionarnos con ella.

La mayoría de los grados, como Derecho o incluso Filosofía tendrán que incluir asignaturas que enseñen a trabajar con tecnología, y de modo similar, los que tengan que ver con la ingeniería tendrán asignaturas de ética, responsabilidad.

Un ejemplo fácil para ver cómo será este cambio es una profesión sanitaria. Hoy los médicos tienen un montón de herramientas y de tecnología a su disposición para diagnosticar, para poder hacer una medicina mucho más personalizada, mucho más preventiva, pero no han desaparecido, seguimos necesitándolos.

Esto es lo que se prevé, que las profesiones cambien, aunque, obviamente, también hay profesiones que van a desaparecer y otras que aparecerán.

Quizás hay una cosa que se puede destacar con respecto a la inclusión de las mujeres en este futuro que se nos viene y es que, si bien es cierto que en Ingeniería Informática, al menos aquí en la Universidad de A Coruña, sólo hay un 12% de alumnas, hay otras ingenierías como Ingeniería y Ciencia de Datos o Ingeniería en Inteligencia Artificial que tienen más de un 30 % de mujeres. Las cifras siguen lejos del 50 % que a todos nos encantaría, pero han mejorado.

«Quizás hay una cosa que se puede destacar con respecto a la inclusión de las mujeres en este futuro que se nos viene y es que, si bien es cierto que en Ingeniería Informática, al menos aquí en la Universidad de A Coruña, sólo hay un 12% de alumnas, hay otras ingenierías como Ingeniería y Ciencia de Datos o Ingeniería en Inteligencia Artificial que tienen más de un 30 % de mujeres. Las cifras siguen lejos del 50 % que a todos nos encantaría, pero han mejorado.

P: ¿Están siendo, por tanto, efectivas las iniciativas de fomento de las vocaciones tecnológicas entre las mujeres que se llevan haciéndose desde hace años?

Amparo Alonso: Creo que sí, que está calando en la población, aunque creo que deberíamos cambiar el foco de nuestros mensajes y empezar en la etapa infantil. Mi impresión es que cuando veo a las niñas en cualquier evento sobre robótica, por ejemplo, se muestran mucho más proactivas, pero cuando llegan a los 9 o 10 años, muchas ya han interiorizado que ellas no son buenas en ingeniería, que ser ingeniero es una cosa de chicos.

Esto es muy curioso porque sus notas en matemáticas y en ciencias no son peores que las de sus compañeros. Creo que hay que ir a esas primeras etapas, fomentar el pensamiento computacional, capacidades y habilidades digitales, porque van a ser fundamentales para el mundo de mañana.

P: A pesar de este miedo que parece despertar la inteligencia artificial, ¿qué posibilidades nos abre en ámbitos como la Medicina o la Ecología?

Amparo Alonso: Muchas. Por poner sólo un ejemplo, hace un par de años, una herramienta que se había creado para un juego se utilizó para saber cómo era el plegado de las proteínas, lo que ha implicado uno de los descubrimientos científicos más importantes de los últimos años. Sin embargo, esto no ha llamado mucho la atención, son los aspectos más trágicos los que despiertan mayor interés.

Todos estos avances en inteligencia artificial van a posibilitar una medicina mucho más certera, personalizada y participativaVamos a poder incluso prevenir o saber qué probabilidades tiene una persona de tener cierta enfermedad en base a sus características, o incluso detectar cáncer con mucha más precocidad.

En la educación también tiene un enorme potencial, si lo pensamos ChatGPT puede ser un tutor disponible las 24 horas. En el cambio climático podemos anotar también muchas ventajas, como los sistemas que permiten detectar malas hierbas, reducir la cantidad de fertilizantes, hacer más eficiente el uso de agua… hay millones de cosas buenas que la inteligencia artificial puede hacer por nosotros.

P: ¿Qué papel tiene la divulgación a la hora de que la población entienda todas estas ventajas y que puedan ser aprovechadas? ¿Estamos suficientemente concienciados?

Amparo Alonso: No, falta mucha concienciación y mucha educación en general de toda la ciudadanía. Y creo que habría que empezar, como te dije antes, por las etapas infantiles, para que como sociedad seamos más cultos con el tema de la tecnología, que es es un tipo de cultura que en ocasiones no se valora tanto como otras. Tenemos que cambiar también la formación profesional, la universidad, fomentar la formación durante toda la vida… Nos queda trabajo por hacer y para ello es fundamental la divulgación científica, tanto para la inteligencia artificial y como para cualquier otra disciplina.

 “Cuando veo a las niñas en cualquier evento sobre robótica se muestran mucho más proactivas, pero cuando llegan a los 9 o 10 años, muchas niñas ya han interiorizado que ellas no son buenas en Ingeniería”

“Hemos sido pioneros en esta inteligencia artificial ética en la que ahora todo el mundo está interesado”

Como presidenta de la Asociación Española de Inteligencia Artificial
¿Qué papel crees que está cumpliendo España a nivel mundial en esta carrera tecnológica?

Amparo Alonso: Yo creo que Europa se ha posicionado en inteligencia artificial ética. Es evidente que no podemos competir con la cantidad de dinero que invierten los americanos ni con su plataforma de empresas que todos conocemos, como Google, Facebook, Amazon…

Tampoco podemos competir con China en cuestiones de inversión económica, porque también están haciendo una inversión brutal. En lo que sí que hemos sido pioneros es en esta inteligencia artificial ética en la que ahora todo el mundo está interesado.

En 2019 (cuando aún no había habido Brexit) un estudio señalaba que España era el cuarto país de la Unión Europea en temas de inteligencia artificial, por detrás de Francia, Alemania y Gran Bretaña. Ahora mismo nos hemos posicionado con el tema de la AESIA como campo de pruebas en temas de inteligencia artificial ética y también en la cabeza de algún tipo de algoritmos, como pueden ser los algoritmos verdes, que nos ayudan en la transición energética.

En ese sentido, Galicia, se ha ganado un puesto importante en el este ámbito de la inteligencia artificial y creo que en las 3 universidades gallegas tenemos mucho talento, tenemos mucho que aportar.

Nota:
La foto principal de Amparo Alonso, fue suministrada por la entrevistada y cuenta con su autorización para su publicación en este artículo de Visionarias.
El autor de dicha foto es Xurxo Lobato.

Marta Castro González

Periodista con experiencia en gestión de redes sociales y comunicación en el ámbito empresarial y hospitalario. Tras cursar un Máster en Desarrollo de Software y Negocio Digital que le ha permitido conocer desde el interior las particularidades del sector TIC gallego, en la actualidad amplía su formación con el Grado en Sociología. Le encanta aprender sobre transformación digital, emprendimiento, salud y medio ambiente para después poder contarlo a diferentes públicos y adaptarlo a múltiples formatos.

 

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