
Fuente: Freepick
«¿Desde qué edad se les debe enseñar a los estudiantes sobre los temas de género? Cuando en artículos y diversos estudios se indica que niños de hasta cuatro años ya expresan creencias discriminatorias basadas en el género, nos damos cuenta de que es algo que debemos hacer desde muy temprana edad».
Involucremos a más hombres en la igualdad de género

Escrito por Luis Vicente García
Una de las preguntas que quizá me hacen desde hace dos o tres años es sobre por qué me interesan tanto los temas del empoderamiento femenino y del medio ambiente. Y de verdad me parecen preguntas que carecen de sentido, más en esta época y en este momento del desarrollo humano. Creo que la respuesta es mas que obvia, sobre todo para quienes nos movemos en círculos donde la sostenibilidad y los Objetivos de Desarrollo Sostenible se han convertido en temas relevantes y cruciales, sobre todo cuando hablamos del desarrollo de nuestros países y de nuestras sociedades.
Si tuviera que dar una respuesta, en el tema de impulsar a la mujer en alcanzar nuevos roles o, mejor dicho, en que llegue a tener los roles y las responsabilidades que le corresponden en la sociedad, diría que es algo que nos corresponde a todos hacer e impulsar, tanto hombres como mujeres, al comprender que la igualdad de género requiere de un gran compromiso.
Ello nos pide ser aliados en este movimiento, en tener un papel activo en la promoción de la igualdad de género, participar en discusiones en áreas en donde sea necesario, el traer este tema para que sea tema de interés para todos y, en especial, que los hombres -sí, los hombres- seamos modelos a seguir para otros hombres e impulsar conversaciones y nuevas acciones que permitan impulsar este tema no solo tan complejo sino tan históricamente evadido.
Y sí, hablo en pocas palabras de educar a más hombres.
Aquí la pregunta que cabe es, ¿desde qué edad se les debe enseñar a los estudiantes sobre los temas de género? Cuando en artículos y diversos estudios se indica que niños de hasta cuatro años ya expresan creencias discriminatorias basadas en el género, nos damos cuenta de que es algo que debemos hacer desde muy temprana edad.
En pocas palabras, cuanto antes podamos enseñar a los niños y niñas con la creencia de que todas las identidades de género merecen respeto, mucho mejor y más empoderados estarán todos los estudiantes para alcanzar su éxito en el futuro.
Y ello debe comenzar con los niños y niñas en sus primeros años de edad. Enseñarle a ellos lo que es la igualdad y la equidad de género será crucial para su vida futura, sobre todo en una sociedad globalizada, interconectada, con cinco generaciones conviviendo a la misma vez (por primera vez en la historia) y con jóvenes mas audaces y en una sociedad mucho mas diversa.
Una de estas definiciones señala que la igualdad de género es empoderar a todos los estudiantes de la misma manera y brindarles los mismos derechos humanos. Al hacerlo, adicionalmente corregimos los prejuicios que los estudiantes tienen sobre sí mismos o sobre las identidades de género distintas de las suyas (incluyendo los prejuicios que puedan traer de sus hogares); y de esa manera, al darnos cuenta de que el enseñar formas de afirmar las identidades de jóvenes y niños es empoderarlos para transitar mejor en su futuro, podemos cambiar positivamente la forma en que se ven a sí mismos y a los demás.

Foto de Yan Krukov en Pexels
De acuerdo al ACT for Youth Center of Excellence, se puede alcanzar una verdadera igualdad de género cuando se satisfacen estas tres necesidades para todos los estudiantes:
- Acceso y uso equitativo de los recursos
- Participación equitativa y
- Seguridad o ausencia de violencia.
Por su parte, la equidad de género se refiere a promover equidad en la educación o en el ámbito laboral, así como a enfrentar los estereotipos y prejuicios que históricamente han limitado el potencial de las mujeres.
Un tema importante aquí es que al darnos cuenta de que estos temas sobre género deben tratarse desde una temprana edad y en todos los países, lograremos la igualdad de género con la que los estudiantes tendrán la libertad de continuar su educación sin temor a la discriminación o el acoso debido a su género.
Según el Dr. Joy Asongazoh Alemazung, Oficial superior de políticas de la Unidad de Cooperación de la Oficina del Representante de la Canciller Alemana, y Embajador HeforShe de ONU Mujeres Alemania, «La desigualdad de género sigue siendo una de las mayores violaciones de los derechos humanos con graves consecuencias para nuestro mundo y su desarrollo».
Los efectos negativos de la desigualdad de género comienzan en el nivel microeconómico dentro de la familia nuclear y se extienden al nivel macro, afectando negativamente a los niveles nacional y mundial.” En otras palabras, lo que sucede en las familias trasciende a la sociedad.
En un interesante artículo publicado por LEAN IN y titulado: 7 Tips for Men Who Want to Support Equality, nos señalan que debemos desafiar los estereotipos, enfrentar los prejuicios y aprovechar su experiencia e influencia para beneficiar a las mujeres en nuestro entorno.
Con ello nos aseguraremos de que las mujeres tengan un mayor éxito en las organizaciones, de que los hombres trabajen mejor con todas las mujeres y que se aprovechen todos los talentos y las habilidades de los equipos de trabajo, tareas por lo demás nada fáciles.
Entre estas siete recomendaciones me quiero detener solo en tres de ellas:
Evaluemos el desempeño de una manera justa
El rendimiento masculino a menudo se sobreestima en comparación con el rendimiento femenino, comenzando con las madres sobreestimando la capacidad de gatear de los niños y subestimando la de las niñas. Luego viene el de los maestros y profesores, y más tarde en el mundo laboral, donde la diferencia en la evaluación es más pronunciada cuando los criterios de revisión no son claros, lo que hace que las personas sean más propensas a confiar en sentimientos y no en un desempeño objetivo:
Seamos específicos sobre lo que constituye un desempeño excelente y asegurémonos de que los objetivos se establezcan con anticipación, se comprendan y se puedan medir. Cuando las personas son responsables de sus decisiones, están más motivadas para pensarlas detenidamente.
Démosles crédito a las mujeres
Las mujeres y los hombres atribuyen su éxito a cosas diferentes. Los hombres suelen atribuir su éxito a cualidades y habilidades innatas, mientras que las mujeres a menudo atribuyen el éxito a factores externos como «trabajar duro», «tener suerte» o «ayuda de los demás». Las mujeres y los hombres también difieren a la hora de explicar sus fracasos. Cuando un hombre falla, lo atribuye a factores situacionales como «no practicó lo suficiente» o «no me interesó el tema». Cuando una mujer falla, es más probable que lo atribuya a una falta de capacidad.
De allí que sea muy importante el enfatizar las contribuciones de las mujeres y los logros de las compañeras de trabajo.
Aproveche al máximo las reuniones
Si bien es un tema que parece sencillo, este es un punto en el que se pierde excelencia. En las reuniones de trabajo los hombres tienden a hablar más y hacer más sugerencias, mientras que las mujeres se pueden sentir más cohibidas al ser interrumpidas más, se les da menos crédito por sus ideas y tienen menos influencia en general. Sin una participación plena en las reuniones, no se pueden aprovechar las habilidades y la experiencia de todos, y esto socava los resultados del equipo. Por ello es importante asegurarse de que todos hablen y sean escuchados.
Si se interrumpe a una colega, interrumpa usted y diga que le gustaría escucharla terminar. Pida abiertamente a las mujeres que contribuyan a la conversación. Sea consciente de las “ideas robadas” y busque oportunidades para reconocer a las mujeres que las propusieron por primera vez.
«Es más fácil criar niños fuertes que reparar adultos rotos”
Frederick Douglass, reformador social estadounidense, abolicionista, orador, escritor y estadista, dijo que “es más fácil criar niños fuertes que reparar adultos rotos.” Por lo tanto, debemos criar a nuestros hijos para que tomen conciencia de la injusticia entre los sexos y contrarresten esta injusticia a través de sus acciones diarias.
Por todos es sabido que en el mundo siguen existiendo relaciones de poder de género en varias áreas concretas, como la educación y la violencia, donde esta desigualdad de género es visible tanto en el sector público como en el privado. Debemos por ende abrir una perspectiva para que los hombres se vean a sí mismos como parte de la solución.
Es necesario concientizar sobre el privilegio y la responsabilidad en las discusiones y darnos cuenta de que la conciencia engendra justicia.
Como mencionamos al inicio de este artículo, cuanto antes podamos enseñar a los niños y jóvenes con la creencia de que todas las mujeres merecen respeto, mucho mejor y más empoderados estarán todos los estudiantes. Pero esto no se detiene aquí, ya que como hemos visto, esto también se aplica para los adultos, y en especial para los hombres, aunque a esta altura ya suene hasta redundante. Por ende, debemos y tenemos que involucrar a más hombres en la igualdad de género.
«Los hombres son parte del problema y también de la solución”
En la entrevista de este mes que hice para Visionarias, en la cual conversé con Pedro Pacheco, socio-director de PwC Venezuela, me dijo que “El simple hecho de que en las organizaciones un compañero, o un gerente, le diga a otra gerente mujer que cuenta con su apoyo, que es buena en su trabajo, que reconoce el esfuerzo que está haciendo en el sentido de compaginar actividades domésticas con la de la empresa; ese simple gesto, es un gran apoyo y genera confianza en la mujer, la empodera a seguir trabajando en pro de alcanzar sus objetivos profesionales.”
Y esto tan sencillo de decirle a una mujer que está haciendo un buen trabajo o nos da una buena colaboración, presiento que tampoco se hace.
De allí que sea necesario trabajar para seguir enseñándole a los hombres acerca de este tema tan importante y necesario en nuestra actualidad.
Pero en la realidad nos debemos dar cuenta que los hombres son parte del problema y también parte de la solución, ya que no podemos ni avanzar mucho ni seguir adelante hacia la igualdad de género sin el apoyo de los hombres. Y esto no es ni por que las mujeres sean débiles y no puedan hacerlo por sí mismas o porque los hombres hayan quedado fuera y ahora sean las víctimas. Todo lo contrario, e insisto, los hombres somos parte del problema y de la solución.
El Diversity Council de Australia (DCA) señaló en el 2017 que la forma en que los hombres piensan, se comportan y se relacionan con las mujeres y con otros hombres juega un papel importante para mantener vivas las desigualdades de género. Asimismo, señalaba que las actitudes y comportamientos de los hombres pueden respaldar el status quo sexista.
Es por ello que los hombres tienen un papel vital que desempeñar en la construcción de un mundo de igualdad de género, y aunque ya muchos lo están haciendo, sabemos que hay muchos más que lo pueden hacer.

La desigualdad de género sigue siendo una de las mayores violaciones de los derechos humanos con graves consecuencias para nuestro mundo y su desarrollo. Los efectos negativos de la desigualdad de género comienzan en el nivel microeconómico dentro de la familia nuclear y se extienden al nivel macro, afectando negativamente a los niveles nacional y mundial”
Joy Asongazoh Alemazung
Embajador HeforShe Onu Mujeres Alemania
En asociación con el Dr. Graeme Russell y el Dr. Michael Flood, dos de los principales investigadores de Australia en diversidad e inclusión, el DCA ha desarrollado el informe Men Make a Difference: Engaging Men on Gender Equality. Este informe examina la evidencia de lo que funciona y lo que no, y recomienda formas más efectivas de involucrar a los hombres para lograr la igualdad de género en el trabajo.

Fuente: Freepick
Entre algunas de estas maneras para lograr formas más efectivas de involucrar a los hombres en los temas de la igualdad de género en el trabajo señalan las siguientes:
*Asegúrese de que las iniciativas de igualdad de género involucren a mujeres y hombres como socios activos e iguales.
*Trate la igualdad de género como una cuestión empresarial, no como una cuestión de mujeres. Obtenga el mensaje correcto, para atraer tanto a hombres como a mujeres.
*Eduque acerca de cómo liderar el cambio de manera efectiva, proporcionando recursos para iniciativas, siendo visible y persistente, y «predicando con el ejemplo».
*Establezca la conexión entre el trabajo y el hogar mediante la implementación de iniciativas que fomenten la igualdad de género en la prestación de cuidados.
*Establezca la conexión entre el trabajo y las comunidades, enmarcando la desigualdad de género como un problema social / comunitario.
*Desarrolle la confianza y la capacidad de género de las personas, brindando oportunidades para que tanto hombres como mujeres cambien sus mentalidades, sus posiciones y comportamientos.
*Anime a hombres y mujeres a desafiar y cambiar las políticas y prácticas organizacionales con sesgo de género.
No es un trabajo fácil, lo sabemos, pero hay que hacerlo; es un trabajo adicional, pero sus beneficios son incomparables; es un trabajo que requiere trabajo, pero los resultados beneficiarán a toda la empresa; y es un trabajo a largo plazo que beneficiará a toda la sociedad.
Como cierre de este artículo les dejo unas ideas acerca de la igualdad de género para que las evalúen, las piensen y si les parece, hagan sus comentarios, pues nos gustará leer sus opiniones al respecto:
- La igualdad de género beneficia a todos.
- La igualdad de género previene la violencia contra mujeres y niñas.
- La igualdad de género es buena para la economía.
- La igualdad de género es un derecho humano.
- La igualdad de género hace que nuestras comunidades sean más seguras y saludables.
Si lo hacemos, involucraremos a más hombres en la lucha por la igualdad de género;
y si lo hacemos bien, tendremos un mejor y más igualitario futuro para beneficio de la humanidad.

Luis Vicente García
Luis Vicente García es coach de rendimiento empresarial, conferencista internacional, autor de dos libros en materia de Franquicias y co-autor de 15 libros best-sellers internacionales junto con personalidades de la talla de Brian Tracy, Marshall Goldsmith, Jack Canfield y Joe Vitale, entre otros.
Es economista graduado de Georgetown University, con un MBA y especializaciones en Gerencia, Finanzas, Liderazgo Organizacional y Psicología Positiva. Es profesor en la UNIMET desde 2014, dictando clases de gerencia y liderazgo en los Diplomados de Gerencia Integral de Franquicias y Gerencia de Empresas de Servicios, y es profesor invitado en la UCAB y la Universidad Rafael Urdaneta.
Fue presidente de la Junta Directiva de Profranquicias (2017-2019). Es articulista para Visionarias, Inspirulina y El Nacional, creador de #MOTITUD y hoy se desempeña como embajador de Buena Voluntad de Goodwill Venezuela, editor en jefe de la revista Business Venezuela y Gerente General de Venamcham.
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