«El Turismo» en el negocio: Intuirlo a tiempo

Escrito por Luisa Laya

El turismo en el negocio, no el turismo como negocio…cuánto riesgo y cuánta ganancia.

Para pasearnos por esta idea, vamos a partir de un concepto básico de Turismo: una actividad que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos a su entorno habitual.

Ahora imaginemos que alguien de nuestro equipo de trabajadores va en plan de turismo por nuestra organización, de paso, temporalmente, y sabiendo que no es allí donde dejará su propósito de vida… Porque es diferente hacer turismo en el negocio que hacer del turismo tu negocio.

Para detectar si está sucediendo “este fenómeno” en nuestro negocio, es importante tener encendido eso que en unos casos llaman el sexto sentido, y sirve para detectar cuando algo deslumbra con un flash, cuando viste un disfraz, cuando juega a un papel de ficción.

Percibir ese olor al que también le dicen intuición y que leí en alguna red que “es eso que sabes, que no sabes cómo lo sabes, pero sabes que lo sabes”. Ese don que aseguran que las mujeres tenemos tan activo: ¿Visión, olfato, oído, tacto, gusto? No lo sé; creo que una mezcla de los cinco, conforma el sexto. Y no es sólo emoción, es capacidad de observación, es meticulosidad, es cuidado obsesivo y protector hacia lo que sientes tuyo.

Fuente: rawpixel (Freepik)

Regresemos al caso del “turista”. Ese (o esa) que va a observar tu lugar, gente y procesos, con una mirada externa, como quien te mira el vestido, el estado de tus uñas o la época de tu decoración. Que se sorprende, o apenas corrobora lo que ya imaginaba o tenía como información previa.

Cuando se trata de “un turista” con experiencia, mente flexible, empatía y conocimiento de tu mercado, será una gran inversión el tiempo que dediques a escucharle y evaluar sus planteamientos.

Si es novato, entusiasta, observador e interesado en aprender, convendrá aprovechar el impulso para pensar en innovación y gestión actualizada.

La mayoría de las veces, un turista puede ayudarte a ver detalles que, por costumbre, ya no percibes, y que pudiera tener otra manera de hacer, arreglar, decir, entregar, atender.

“Este turista” puede ser un asesor externo, un auditor, un visitante, un aprendiz, un colaborador o un cliente nuevo, que viene hasta ti con su equipaje de vida, su cámara con lentes ultra refinados, presupuesto y tiempo limitado, unas expectativas que no siempre deja ver, la familia, el auto alquilado y el perro. Puedes haberte preparado para esta situación, o tal vez no. Arreglaste las cortinas, lavaste los baños, reparaste los botes de agua y pusiste orden, al menos, en lo aparente.

Todo funcionará bien si el turista se queda sólo el período estimado y transita únicamente por los lugares que señalaste para tal fin. Se encienden todas las alarmas cuando el destino te deja al turista instalado, sin que te dé el chance de planificar, cual inmigrante ilegal. Un asesor, auditor o visitante que, sin que lo pensaras, de pronto se queda contratado, un aprendiz que aprendió rápido, un colaborador o cliente que ya no es nuevo y ni supiste cuándo pasó.

«Tenemos personas en las organizaciones que no se involucran, que insisten en verse del lado de afuera de la candela»

El riesgo no está en la apariencia, sino en el hecho de que no haya cambio de estatus en tu estructura organizacional, ni en la mente de ese exturista. Lo mismo que una persona que se muda de país y no asume que su vida entera cambió, que la experiencia de estar de paso es completamente diferente a la de ser parte de una realidad diferente, que ahora la fotografía no es sólo para publicarla en redes sociales y contar la historia, sino que ahora es parte activa de ese storytelling. Y sucede en la vida real, y en las películas, como lo dice TNT.

Tenemos personas en las organizaciones que no se involucran, que insisten en verse del lado de afuera de la candela. Los opinadores de oficio, los que no aportan, pero sí salen en el post cuando celebramos el éxito y corren en dirección contraria, o se esconden, cuando es necesario aportar trabajo, mente y corazón. Y existen líderes de equipo que se vuelven un poco ciegos ante estos personajes, por distintas razones; muchas de ellas asociadas a evitar confrontaciones, a ser mal vistos, a que los dejen de querer. Que cuando aparece el sexto sentido lo frenan con argumentos, no porque estos sean más valiosos, sí más fáciles de entender en el mundo de la cuadrícula racional.

Y el peor de los escenarios para el negocio es cuando el turista es el líder. Líder porque lo montaron en un cargo o líder porque se ganó un grupo de seguidores.

En el primer caso, más que un líder es un nivel de mando y, por lo general se va expulsando sólo; a no ser que tenga un ancla muy fuerte en la estructura, muy común en empresas familiares o instituciones políticas.

En el segundo panorama se avecina un real caos, el ave en el motor que es capaz de hacer que el avión se vaya de punta contra la tierra. Llegó hasta allí porque tiene la esencia, el don de palabra, la energía cósmica para tener seguidores, pero le interesa cualquier cosa menos los objetivos de la organización, y es un haz para mostrar todo a su favor, de modo que lo escuchan, le creen, desvía al equipo, convence a sus homólogos y se gana a los que están al mando de la embarcación.

En menos tiempo de lo que podemos imaginar, estamos clavados en un iceberg, y «el turista» va a salvo, en el único bote salvavidas; los tres más fieles remando, rumbo a tierra firme. Sálvese quien pueda.

Fuente: Call me Fred (Unsplash)

Fuente de Imagen Principal: asierromero (Freepik)

Y ¿por qué hacer referencia a este tema, en estos tiempos…?

Es que vivimos una especial época de turismo en el negocio. Por características generacionales, cada vez existe menos quien llega a una empresa para quedarse; por efectos post pandémicos, así como de mayor exposición a la información diversa y menor poder adquisitivo. La tendencia es mirar hacia todos lados y hacer menos en más lugares, con riesgo de perder el foco.

Como consecuencia del aumento de la competencia, la rapidez de exigencias y descubrimientos, la variabilidad de los escenarios y expectativas, muchas personas (cargos, servicios y negocios) se vuelven prescindibles en poco tiempo. Los monumentos corren riesgo de volverse telares para arañas, templos para plañideras, fotos para compartir en “memes” por WhatsApp o Twitter, a no ser que se recoloquen en otra manera de contar la historia, incluyendo otra sazón a la forma de comunicar, una que vincule, que atraiga a la calidez de algo más trascendente que un número para llegar primero.

Sacarle el justo beneficio “al turista” que llega al negocio, a los aires de turismo que baten las ventanas de nuestra organización, requiere divisarlo en el justo tiempo y amasarlo con especias dulces y fuertes para que la esencia quede, habilidades embriagadoras, muchas de las que, en el mundo de las empresas han bautizado como “blandas” (Soft Skills), que nos involucran con un propósito, con una visión que nos mueve la pasión, el deseo, la creatividad y nos hace más productivos e indestructibles.

Un poco extraña la fortaleza que nos da la blandura, ese especial trato y atención que podemos otorgar “al turista” para enamorarlo y extraer la ganancia de su diferencia, el regalo de su presencia, y la suma de su alianza para atraer más, es la recompensa a la hospitalidad que le brindamos con nuestros brazos abiertos y la mesa servida, el retorno a la inversión de tiempo y recursos que hacemos en él.

El turismo en el negocio existe y cada vez más, deberíamos aprovecharlo y volverlo parte del desarrollo del negocio. Necesitaremos impregnar la gestión con sexto sentido, soltar el temor a hacer las cosas de diferente manera, observación aguda proveniente de un liderazgo con visión: Un liderazgo intuitivo, un liderazgo femenino ¿Lo asumimos?

LUISA LAYA

Es Socióloga, Conferencista e Instructora de Dale Carnegie y Practitioner de PNL con especialización en Recursos Humanos en Venezuela, Colombia, Chile, Perú y otros países. Los programas que dicta como instructora son “Presentaciones de Alto Impacto” (oratoria), “Habilidades Esenciales para el Éxito” (Relaciones Interpersonales y Comunicación), “Liderazgo”, “Train The Trainers” (Formación de Instructores), “Escuela de Ventas y Negocios”; “Coaching”, Gestión del Estrés”, Oratoria Juvenil; entre otros. Luisa es la Visionaria Líder de la sección de Liderazgo.

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