Las mujeres: Un rol cambiante en las sociedades

A lo largo de la historia, podemos ver a la mujer desde dos puntos de vista: relegada a trabajos de la casa, al cuidado de los niños, al servicio de los hombres o a realizar cosas menores, o, por el contrario, podemos ver a la mujer como lo que realmente ha sido. Si lo vemos desde este punto de vista, la mujer ha logrado realizar e inducir extraordinarias contribuciones a sus sociedades. Algunos de estos hechos son conocidos, otros algo menos y algunos pueden pasar hasta desapercibidos. Todos y cada uno de ellos han estado encaminados a explorar e impulsar a la mujer a lo largo de los siglos.

La mujer ha tenido un papel global en la historia, ya que lo mismo se observa en todas las civilizaciones, épocas o edades, y en cierta forma se ve de una misma forma en las nuevas organizaciones en sociedades menos avanzadas o en formas avanzadas en las sociedades más modernas. Y es que, desde los inicios de la vida del ser humano, las mujeres han sido las cuidadoras, sanadoras y la conciencia de sus familias. Y en el camino, las mujeres pasaron a ser agricultoras, obreras y trabajadoras, se transformaron en operarias, maquinistas y educadoras, hasta llegar a la actualidad, cuando la mujer ya es profesional, empresaria y líder.

Desde el principio de los tiempos, las mujeres acompañaron a sus esposos, siendo grupos de cazadores y recolectores, cuando sus tribus partían en migraciones en búsqueda de refugio y alimento; ellas se quedaban al resguardo de sus bebes e hijos mientras los hombres salían de cacería en búsqueda de un mejor sustento para la familia.

De allí surgió, posiblemente, ese cuidado especial, o ese celo inmenso, que tienen las mujeres por sus hijos, sus ancianos y sus familias en general, quizá a diferencia de los hombres que salían en grupo en búsqueda de alimento, desprendiéndose así del núcleo familiar.

«Tanto hombres como mujeres somos parte de la misma sociedad, debemos trabajar en conjunto por solucionar estas diferencias y la falta de derechos para la mujer, y ambos tenemos el derecho a tener una vida de respeto mutuo. «

Lo importante a señalar aquí, es que, a lo largo de la historia, el papel central de la mujer en la sociedad ha sido asegurar la estabilidad y bienestar de sus familias, el progreso de las sociedades y, por ende, el desarrollo a largo plazo de las naciones.

De acuerdo al World Population Prospects 2022 de la Organización de Naciones Unidas , el 49.58% de la población mundial son mujeres, quizá con excepción notable de China y la India donde hay mayoría preponderante de hombres.

Las mujeres superan en número a los hombres si observamos la distribución por sexo por encima de los 60 años de edad, llegando a una proporción de 2 a 1 en el grupo de edad de 90 a 94 años y de 4 a 1 para los centenarios.

A nivel mundial, las mujeres representan el 43 % de la mano de obra agrícola mundial, llegando al 70 % en algunos países. Por ejemplo, en África, el 80 % de la producción agrícola proviene de pequeños agricultores, la mayoría de los cuales son mujeres rurales.

Es ampliamente aceptado que la agricultura puede ser el motor del crecimiento y la reducción de la pobreza en los países en desarrollo, donde las mujeres, en particular las madres, desempeñan el papel más importante en la toma de decisiones sobre la dieta y la planificación de las comidas familiares. Y, las mujeres informan más a menudo sobre su iniciativa para preservar la salud y la nutrición de los niños.

Cuidadoras y Educadoras…

De acuerdo a la Organización Global Volunteers, el papel de las mujeres a nivel mundial continúa siendo en gran medida, de sustento, cuidado y educación de la familia. Además, entre otras funciones, las mujeres son las principales agricultoras en continentes como África, y desde hace dos siglos han formado parte de manera importante, de una creciente fuerza laboral. La GVO señala tres aspectos fundamentales, como son:

⇒Como cuidadoras. Las mujeres son las principales cuidadoras de niñ@s y ancian@s en todos los países del mundo. Los estudios internacionales demuestran que cuando la economía y la organización política de una sociedad cambian, las mujeres toman la iniciativa para ayudar a la familia a adaptarse a las nuevas realidades y desafíos. Es probable que sean los principales iniciadores de la asistencia externa y desempeñen un papel importante para facilitar (u obstaculizar) los cambios en la vida familiar.

El organismo Womenwatch de la ONU, menciona que “Las mujeres rurales desempeñan un papel clave en el apoyo a sus hogares y comunidades para lograr la seguridad alimentaria y nutricional, generar ingresos y mejorar los medios de vida rurales y el bienestar general”.

Como educadoras. La contribución de las mujeres a la transición de una sociedad de prealfabetizados a alfabetizados es igualmente innegable. La educación básica es clave para la capacidad de una nación para desarrollar y alcanzar objetivos de sostenibilidad. Las investigaciones han demostrado que la educación puede mejorar la productividad agrícola, mejorar la situación de las niñas y las mujeres, reducir las tasas de crecimiento de la población, mejorar la protección del medio ambiente y elevar ampliamente el nivel de vida.

Es la madre de la familia quien más a menudo insta a los niños de ambos sexos a asistir y permanecer en la escuela, a alejarse de las drogas, las bandas o de los malos hábitos y ayudan a las jóvenes adolescentes (y también a los jóvenes), a evitar el embarazo precoz. El papel de la mujer ha sido estar al frente de la cadena de mejoras que conducen a la capacidad a largo plazo de la familia y la comunidad. Y,

En la actualidad, la participación femenina mediana en la fuerza laboral mundial es del 45,4 %. El trabajo formal e informal de las mujeres puede transformar una comunidad de una sociedad relativamente autónoma a un participante en la economía nacional. A pesar de los obstáculos significativos, las pequeñas empresas de mujeres en comunidades rurales en desarrollo no solo pueden ser el sustento de una familia extensa, sino que también pueden formar una base económica en red para las generaciones futuras. El papel de la mujer en la fuerza laboral urbana y rural se ha expandido exponencialmente en las últimas décadas.

Pero esto no siempre ha sido de esta manera, ya que, desde tiempos antiguos hasta la actualidad, hubo y han continuado las injusticias, no hubo libertad (hasta incluir la forma de esclavitud femenina), se mantuvo la falta de educación e inclusive el analfabetismo femenino, todo lo cual afectó la vida, el bienestar y la prosperidad de las mujeres y por ende de las familias.

Las mujeres no supieron lo que es la libertad, la liberación y la independencia sino hasta hace relativamente pocas décadas o no más de siglo y medio. En algunos países, lamentablemente, todavía no hay libertades ni derechos para las mujeres y el estigma de la esclavitud de las mujeres ha aplastado el desarrollo de las economías y de las sociedades.

A pesar de todos los avances, en muchas sociedades o tribus en África, continúan los problemas de las mujeres y muchas se mantienen en diversas y variadas crisis que difícilmente se podrán mejorar en el corto o mediano plazo. Lo mismo sucede en algunas sociedades en América Latina o en partes de Asia no desarrollada; hoy las mujeres continúan sin tener las mismas oportunidades para desarrollarse como individuos y también como comunidad.

Después de una gran cantidad de revoluciones y diversas reformas sociales durante la era moderna, pero tan recientes como hace menos de un siglo, la condición de la mujer ha comenzado a mejorar, a sanar, pero sólo en las economías y sociedades más desarrolladas y avanzadas, donde ahora las mujeres se redefinen por sus fortalezas, habilidades y capacidades.

Hoy, la mujer es piloto, médica, ingeniera, política, científica, técnica, artista, autora, líder, presidenta y mucho más; ella es madre, hija, esposa y hasta enseña en la casa mientras es ama de casa; en pocas palabras, es toda una administradora. Estos son los frutos de la lucha de grandes mujeres que, a través de los años y los siglos, demostraron (y continúan demostrando) que, con valentía, esfuerzo, determinación y, sobre todo, sin miedo y una gran convicción, llegan a alcanzar y lograr los cambios que se quieren realizar, entendiendo que a pesar de los grandes retos, desafíos y obstáculos, existen grandes posibilidades sin límites y alcanzables.

Hoy no existe una esfera de actividad en la que las mujeres sean inadecuadas o incompetentes, tal y como lo demuestran todos los días.

Hoy, sin embargo, las mujeres continúan siendo víctimas de demasiados retos que, como sociedad, es nuestro deber resolver y con prontitud. Tan solo algunos ejemplos nos permitirán entender estas injustas situaciones, como señala el estudio The Foundations of Female Empowerment Revisited, presentado por Claude Diebolt y Faustine Perrin en 2014. Ellos señalan que: 

 Las mujeres están en gran medida ausentes de la mesa de paz.

  • La brecha salarial de género todavía existe para las mujeres en todos los ámbitos de la vida. A nivel mundial, las mujeres ganan un 24 por ciento menos que los hombres.
  • En más de 60 países, se niega a las mujeres el derecho a adquirir, cambiar o conservar su nacionalidad, incluso a conferir la nacionalidad a cónyuges no nacionales.
  • Menos del 20 por ciento de los propietarios de tierras son mujeres y todas tienen poco acceso al crédito, lo que limita sus oportunidades económicas.
  • En todo el mundo, más de 700 millones de mujeres vivas en la actualidad se casaron antes de los 18 años. De ellas, 250 millones se casaron antes de los 15.

Por otro lado, otros informes nos señalan que:

  • En muchos países, además, las viudas no tienen acceso a un nuevo matrimonio.
  • Tratar a las mujeres como material era común en el período medieval. Y,
  • En muchos países, las mujeres y niñas no tienen acceso a la educación.

Hoy sabemos que la desigualdad de género y la discriminación siguen siendo problemas importantes que obstaculizan el crecimiento, desarrollo, empoderamiento y liderazgo de las mujeres. Estos son, entre otros, algunos de los principales desafíos que debemos enfrentar. Tanto hombres como mujeres somos parte de la misma sociedad, debemos trabajar en conjunto por solucionar estas diferencias y la falta de derechos para la mujer, y ambos tenemos el derecho a tener una vida de respeto mutuo. 

Las mujeres hoy a nivel mundial deben ser conscientes de sus derechos, como el derecho al voto, los derechos de propiedad, la libertad de movimiento, sus derechos legales y muchos más, lo que significa que empoderar a las mujeres es hacer que las mujeres se den cuenta de su autoestima, sus habilidades para determinar su propia elección y dar forma a la sociedad donde las mujeres puedan disfrutar de su respeto y derechos al igual que otros seres humanos.

Y este concepto, lo debemos repetir para los hombres, de igual forma: los hombres debemos ser conscientes de todos los derechos que han alcanzado las mujeres, y de los muchos más que faltan y estarán por ocurrir y llegar. El crecimiento, desarrollo y empoderamiento de la mujer es un factor esencial que trabaja para el mejoramiento y desarrollo de la sociedad, la comunidad y el país; es responsabilidad de todos y debe ser el compromiso de todos.

Debemos ser conscientes de que, en casi todos los países, la contribución de las mujeres al bienestar económico de la nación todavía se pasa por alto en la contabilidad del ingreso nacional, cuando la realidad es que las mujeres hacen una gran contribución a la vida política, económica y social de los países, las generaciones y muchos más. Será entonces, como nos dice Baydahi Roy, que “el desarrollo económico puede mostrar un impacto positivo en el control de las mujeres sobre los recursos y su participación en el proceso de toma de decisiones”.

Para ganar control sobre sus propias vidas, las mujeres deben jugar un papel importante en el desarrollo económico de los países. Para ello, entendamos que todo ser humano debe ser tratado de manera que no se violen su dignidad y sus derechos, como nos señala La Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 1980. En su preámbulo, se nos menciona, entre otros conceptos, lo siguiente:

 

  • Que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;
  • Que los derechos humanos deben ser protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión, y que es esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;
  • Que los pueblos de las Naciones Unidas reafirmaron su fe en los derechos fundamentales, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, promoviendo de esa manera el progreso social dentro del concepto más amplio de la libertad.


Nota: 
Puedes descargar una copia de La Declaración Universal de Derechos Humanos a través del siguiente enlace: ONU: Declaración Universal de Derechos Humanos

Durante largos milenios, las mujeres han sufrido grandes acosos que han puesto en peligro su existencia misma; pero a medida que el mundo ha evolucionado, las mujeres ahora pueden luchar por sus propios derechos, pero todavía hay mucho por hacer.

La educación a las mujeres, jóvenes, niños y niñas es y será esencial para que puedan llevar el legado a las próximas generaciones; la formación, preparación, acceso a todos los servicios, otorgarles libertades amplias e irrestrictas, respetar sus derechos y continuar en esa justa y necesaria lucha, es lo único que garantizará la construcción de naciones y sociedades justas, amplias e inclusivas y, eventualmente, sostenibles para todos.

Fuentes:

Claude Diebolt y Faustine Perrin. The Foundations of Female Empowerment Revisited, Dans Revue d’économie politique 2014/4 (Vol. 124), pages 587 à 597. https://www.cairn.info/revue-d-economiepolitique-2014-4-page-587.htm

Baydahi Roy. Pensamientos Dispersos: Empoderamiento de la mujer en la India. Noviembre de 2022.
https://timesofindia.indiatimes.com/readersblog/world-through-a-peephole/individul-vs-group-therapy-which-one-to-choose-46688/

Organización de las Naciones Unidas. Declaración Universal de Derechos Humanos,  https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights

Luis Vicente García es coach de rendimiento empresarial, conferencista internacional, autor de dos libros en materia de Franquicias y co-autor de 15 libros best-sellers internacionales junto con personalidades de la talla de Brian Tracy, Marshall Goldsmith, Jack Canfield y Joe Vitale, entre otros.

Es economista graduado de Georgetown University, con un MBA y especializaciones en Gerencia, Finanzas, Liderazgo Organizacional y Psicología Positiva. Es profesor en la UNIMET desde 2014, dictando clases de gerencia y liderazgo en los Diplomados de Gerencia Integral de Franquicias y Gerencia de Empresas de Servicios, y es profesor invitado en la UCAB y la Universidad Rafael Urdaneta.

Fue presidente de la Junta Directiva de Profranquicias (2017-2019). Es articulista para Visionarias, Inspirulina y El Nacional, creador de #MOTITUD y hoy se desempeña como embajador de Buena Voluntad de Goodwill Venezuela, editor en jefe de la revista Business Venezuela y Gerente General de Venamcham.

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