El cuerpo no es como pensamos

Escrito por Tere Puig Calzadilla
…Y lo que pensamos de él nos condiciona

Las fotos de este artículo son de Sara Frost
El intelecto es una parte muy pequeña de todo nuestro sistema nervioso. De hecho, solo es capaz de manejar 2.000 bytes por segundo de los 4.000 millones de bytes por segundo que recorren el sistema nervioso.
Esto significa que si solo tenemos en cuenta la información que el intelecto puede reconocer, medir, clasificar y analizar, perdemos una cantidad enorme de datos que pueden ser claves para comprender cualquier concepto o situación. Y, por tanto, restamos eficacia a nuestra toma de decisiones.
Dar un papel casi exclusivo al intelecto en nuestras vidas nos ha llevado al extremo de formarnos, y dar por válida, una idea sesgada del cuerpo que no coincide con lo que realmente es.
Los inconvenientes de cuidar nuestra salud con una idea parcial del cuerpo
Déjame que te lo muestre
Si te digo que tus piernas empiezan en los pies ¿dónde dirías que acaban? Probablemente habrás pensado en tus caderas o tus nalgas.
Camina con esa idea, como si tus piernas terminaran en tus caderas o nalgas.
Ahora te pido que consideres que tus piernas continúan cuerpo adentro y que camines pensando que acaban, por ejemplo, en la boca del estómago.
Apuesto a que habrás sentido una diferencia. Acabamos de ver que teníamos una imagen sesgada sobre nuestras piernas y que esa idea condiciona nuestra forma de caminar. Si tu curiosidad se ha despertado, te animo a caminar con la idea de que cada pierna llega hasta el hombro opuesto. ¡Ya me contarás!
Empezar a reconocer y tener en cuenta toda la información que atraviesa el sistema nervioso, y no solo de la que el intelecto detecta y comprende, es lo que llamamos recuperar el punto de vista del cuerpo.
El deterioro de la salud puede tratarse exclusivamente en términos médicos, pero también podemos abordarla en términos vitales. Es decir, podemos cuidar la salud teniendo en cuenta solo la información que el intelecto maneja, o podemos también escuchar al resto del sistema nervioso: el punto de vista del cuerpo.
Cuando hacemos esto último sucede algo inesperado: la comprensión de nosotros mismos y de nuestra historia se amplía. Y, algo realmente importante, los posibles caminos para recuperar la salud se multiplican. Podemos decir que abordar una dolencia o enfermedad solo desde un punto de vista y descartar los otros, reduce nuestras posibilidades de acceder a una calidad de vida que nos satisfaga.
Integrar distintos puntos de vista en el cuidado de la salud

Imaginemos que tenemos artrosis. Si nuestro objetivo es regenerar las articulaciones, muy probablemente nos dirigiremos a un especialista en traumatología o fisioterapia. Sin embargo, si miramos cómo afecta esta dolencia a nuestra calidad de vida podemos empezar a recorrer otros caminos.
Indagando los efectos de la enfermedad bajo este enfoque más amplio es probable que veamos que el dolor, y las restricciones en cuanto al movimiento, nos generan angustia o desazón. Pueden incluso afectar a nuestras relaciones o a las rutinas diarias y familiares. También puede ocurrir que el miedo a que las zonas afectadas no respondan con la fuerza o la habilidad esperada nos mantenga preocupadas o haga que descartemos algunas actividades. Seguramente habrá cansancio, sensación de debilidad y pérdida de autoestima.
Como vemos, atender la salud en términos vitales implica empezar a preguntarnos no solo por nuestra salud, también por nuestra calidad de vida.
Ampliar la mirada afina el cuidado
Frente a estas cuestiones que acompañan a la artrosis podemos tomar dos posiciones. Una acorde con el discurso dominante en nuestra cultura: centrarnos en el cuerpo físico para mejorar el estado de la articulación esperando que, como consecuencia, todas las cuestiones que ahora comentábamos se resuelvan. U otra, que tiene en cuenta el discurso dominante y también otros discursos secundarios: podemos atender al mismo tiempo el aspecto físico de la artrosis y también todo lo que la acompaña.
La tranquilidad puede aumentar con tratamientos y prácticas como la acupuntura, el yoga, los masajes, el contacto con la naturaleza…
Conocer más a fondo el funcionamiento y posibilidades de movimiento del cuerpo humano a través de prácticas de percepción puede abrirnos a centrarnos en todo lo que sí podemos hacer a pesar de las restricciones de movimiento o dolor.
Poner una mayor conciencia y cuidado a nuestros vínculos personales o estilo de vida, con terapias o investigación personal, puede hacernos entrar en un círculo virtuoso: mayor bienestar social, mayor bienestar emocional, mayor bienestar físico.
Las interrelaciones son el quid de la cuestión
Desde el punto de vista intelectual, es más sencillo atender el cuerpo por un lado, las emociones por otro y las estrategias de vida por otro. Todo queda ordenado y es fácilmente descriptible. Pero ya hemos visto que este modelo no encaja con la realidad. La realidad tiene un alto grado de complejidad y no suele ser fácilmente descriptible. Siguiendo nuestro ejemplo, observamos que la artrosis afecta también a nuestras emociones y fuerza nuestro estilo de vida; y viceversa.
La segunda opción requiere ir más allá de lo que muchas veces nuestro intelecto puede comprender y gestionar. Requiere recordar que el cuerpo no es como pensamos y mirarnos como algo más que células, músculos, huesos y vísceras. Nos pide reconocer, incluso sin comprender completamente, la interrelación entre nuestro cuerpo físico, nuestra psique y nuestro estilo de vida.
Atendiendo y conociendo las relaciones que existen entre nuestro estado físico, nuestro estado anímico y nuestra forma de vivir, podemos comprender que cuando modificamos uno, el resto también se modifican. Cuidar la salud teniendo en cuenta esta información nos ayudará a tomar decisiones más coherentes con nuestras necesidades reales.
Y para ello necesitamos dar paso a la información que nuestro sistema nervioso, al completo, nos facilita y que no necesariamente podemos leer de forma consciente. Necesitamos recuperar el punto de vista del cuerpo.

¿Y cómo recuperamos el punto de vista del cuerpo?
Solo necesitamos ejercitarnos en desplegar la capacidad perceptiva:
Despertar los sensores que no utilizamos habitualmente. Los que nos permiten darnos cuenta del estado de nuestros órganos internos, nuestros tejidos o nuestro grado de vitalidad.
- Aprender a observar y elaborar esta nueva información de la que vamos siendo conscientes.
- Empezar a dar espacio a esta información en nuestros procesos de aprendizaje, en la evaluación de las situaciones y en la toma de decisiones.
¿Qué técnicas me ayudan a cultivar mi capacidad de percepción?
Las técnicas somáticas son las disciplinas que nos ayudan en este proceso. Y estos son sus beneficios cuando las aplicas al ámbito de la salud:
- Te aportarán una mayor comprensión de tu estado.
- Podrás ofrecer información de mucho valor sobre lo que te ocurre y tu evolución a los profesionales que te acompañan.
- Recuperarás las riendas en el cuidado de ti misma.
Ante cualquier dolencia que parece no desaparecer, antes de tirar la toalla, escucha el punto de vista del cuerpo.

Tere Puig Calzadilla
Educadora somática
Promueve la salud a través del trabajo corporal, la docencia y la creación de material escrito y audiovisual para la divulgación.
Su formación llega de ámbitos diversos, lo que le permite ofrecer amplitud y profundidad en el ejercicio de su profesión.
La Anatomía Experiencial le permitió comprender los efectos del yoga y la percepción en la dimensión física. El estudio del Body Thinking, enfoque que introdujo en España en el 2008, le permitió investigar la relación entre las técnicas corporales y el pensamiento. Y su estrecha colaboración con médicos y personal sanitario, y su investigación en el ámbito de la salud y la interculturalidad a través a de sus viajes a Senegal y Burkina Faso, han ampliado su comprensión y conocimiento sobre la salud y su relación con las prácticas corporales.
Su formación de ingeniera le aporta la mirada pragmática, estructurada y reflexiva que caracteriza sus propuestas. Su experiencia personal, los años en el ámbito empresarial, los más de 20 años de enseñanza, investigación y difusión en España del yoga, y sus estudios en el ámbito de la Educación Social la llevaron a experimentar y conocer cómo las prácticas corporales inciden en las estrategias de vida y los aspectos relacionales, familiares y educativos.
Actualmente ejerce su actividad docente y divulgativa y el acompañamiento a la salud desde la plataforma El punto de vista del cuerpo y colaborando con la Universitat de Barcelona (UB), la Universidad Abierta Interamericana de Rosario (UAI) y con la revista Cuerpomente.
Página Web: www.elpuntodevistadelcuerpo.com
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