49% de las Mujeres trabajan en el sector agrícola en el mundo

Fuente: Annie Spratt (Unsplash)

Es importante que se conozca la realidad que vive hoy en día la mujer del sector rural y tener en cuenta datos tan crudos como los publicados en un reporte especial en 2022 por entidades como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA)FIDA y la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) que indican que:

  • 28,7 millones de mujeres son víctimas de esclavitud moderna y las niñas representan el 71% de estas víctimas.
  • Las mujeres son responsables de hasta el 90% del cultivo de arroz en la zona de Asia Sudoriental.
  • El 93% de los empleos disponibles en el campo en países en desarrollo, son para mujeres jóvenes con edades comprendidas entre 15 y 24 años.

La creencia que se tiene respecto al trabajo duro o de fuerza en el entorno rural, es que lo desarrollan principalmente los hombres, cuando no es del todo correcto. Según un estudio de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) indica que “las mujeres también representan el 41 por ciento de la fuerza de trabajo agrícola de todo el mundo, un porcentaje que aumenta hasta el 49 por ciento en los países de bajos ingresos”.

Las mujeres también representan el 41% de la fuerza de trabajo agrícola de todo el mundo, un porcentaje que aumenta hasta el 49% en los países de bajos ingresos

Existen diversos temas importantes respecto a la mujer del campo y del sector agroalimentario, teniendo en cuenta el equilibrio y el bienestar de todas ellas, en diferentes aspectos, como lo son los siguientes.

Participación excesiva en el trabajo no remunerado

Desde siempre se ha considerado una responsabilidad implícita en la mujer el hecho de tener que llevar y realizar las labores del hogar, el cuidado y mantenimiento tanto de los hijos, pareja y de la casa, sin reconocimiento, ni agradecimiento y mucho menos sin algún tipo de remuneración por este trabajo.

Todo esto, debido al sistema que se ha creado y con más énfasis en el entorno rural, de que el hombre debe ser el proveedor de la economía y la mujer debe encargarse de todo lo demás, siendo más trabajo, pero considerado de inferioridad.

Poco o nulo acceso a la educación

En el campo y mayormente en los países en desarrollo, con costumbres conservadoras, tradicionalistas y religiosas, la tradición es que a la mujer se le permite tener como mucho, la educación básica o primaria para que sepa leer y escribir, ya que posteriormente deberá aprender las labores del hogar en todo su espectro, de cara a que pueda ser vista con buenos ojos y en búsqueda de un marido o pareja desde muy temprana edad.

Incluso existen algunos lugares en donde se llegan a apalabrar los matrimonios o imponer un tipo de relación no consentida ni consensuada con la mujer/niña.

Esto se ha definido socialmente, ya que el permitir o alentar una mayor educación en la mujer del campo, puede romper el sistema creado e impuesto por costumbres muy arraigadas y que son muy machistas, al no consentir el libre pensamiento y libre albedrio de la mujer, corriendo el riesgo de que se rompa lo establecido por la sociedad de este sector.

Fuente: Sippakorn Yamkasikorn (Unsplash)

Deficiente atención sanitaria

El tema de la salud y el acceso a la atención sanitaria para la mujer del entorno rural y del campo, es un punto delicado y que afecta a todas en mayor o menor proporción.

Las que se encuentran en países con un mejor sistema de salud y con cierta infraestructura, el problema es la distancia y la migración de los pueblos a las ciudades, lo cual ha provocado que se vayan disminuyendo o quitando estos servicios y concentrándolos en ciertas zonas con mayor masa de población.

En cambio, en los países en vías de desarrollo o con mayor concentración en las zonas suburbanas o rurales, tienen un sistema sanitario escaso o incluso técnicamente inexistente, ocasionando que haya menor higiene y cuidado femenino, teniendo como consecuencia, más enfermedades, más problemas congénitos y muchas otras patologías vinculadas directamente a la salud femenina.

Desigualdad de género

En el campo, que es un sistema por tradición machista, existen innumerables desigualdades, que son heredadas de generación en generación y que en ocasiones no se es consciente de la importancia de estas.

En algunos lugares se considera la mujer como de segunda clase o de clase inferior, esto fomenta que se disponga de su tiempo, de su voluntad, de su desarrollo e incluso de su propio cuerpo, y que esté al servicio y beneficio de los hombres con mayor estatus del entorno.

Para ahondar y comprender mejor este punto, se recomienda leer el libro autobiográfico (la reina de los bandidos: la verdadera historia de Phoolan Devi).

Las mujeres son responsables de hasta el 90% del cultivo de arroz en la zona de Asia Sudoriental.

Fuente: Deepak Kumar (Unsplash)

Desigualdad de condiciones laborales

La mano de obra de las mujeres en el campo es igual o incluso superior en muchos países, recibiendo una paga muy inferior al hombre, aun cuando en realidad en diversas labores que requieren de fuerza, la mujer trabaja y se esfuerza igual o más que los propios hombres.

En ciertos lugares y según el tipo de trabajo, lo realizan mayoritariamente mujeres, ya que requieren un mayor cuidado y atención, para la cosecha o para la producción de ciertos alimentos, aun así, perciben mucho menos y son menos reconocidas que las labores que realiza el hombre.

En puestos de responsabilidad del campo, también se verán menos mujeres que hombres, ya que por como es el sistema, es difícil que esté al frente una mujer o llegar a recibir indicaciones de una mujer.

Esto último, también depende de cómo han ido evolucionando la familia agricultora y/o ganadera y el rol que han ido tomando las mujeres, ya sea por herencia, por cesión, por emprendimiento propio o por progreso del entorno.

Falta de derechos financieros

El sistema económico del entorno rural está marcado por un patriarcado, ya que el hombre o cabeza de familia, es la persona que controla y administra el dinero, en la parte productiva, mientras que a la mujer se le asigna una cantidad específica a manera de manutención para la compra de alimentos y de insumos necesarios para la familia en su día a día.

En entornos muy tradicionales, no está bien visto que una mujer gane su propio dinero, lo administre y tenga sus cuentas independientes, ya que generalmente trabaja directamente en el mismo entorno productivo o en muchos casos no se le permite trabajar, sino únicamente encargarse de la casa y de la familia.

Por suerte, muchas de estas cosas, ya no ocurren o han ido cambiando, esto también es en gran medida debido a la globalización y el acceso a la información, que, en otras épocas, no era posible.

A pesar de que se van mejorando todos estos aspectos y que las mujeres son las que más están impulsando, desarrollando, emprendiendo e intentando marcar una diferencia en muchos aspectos en este sector, aún queda mucho por hacer.

Es importante que todas las personas, que tengan o no contacto directo con el sector rural y agrícola, se preocupen por una evolución positiva en este sector y de esta forma no llegue a estancarse o retroceder.

Es de gran relevancia seguir informándose de todo lo que va ocurriendo respecto a la mujer del entorno rural.

Viry Macías

Fundadora de FinorBox, apasionada por el campo, su gente y sus productos. Licenciada en Marketing de profesión, Pagés por tradición. Viry es una mexicana que lleva 14 años en Barcelona. Actualmente es una emprendedora digital. Con FinorBox lleva a cabo alianzas con productores locales para dar a conocer sus productos gourmet artesanales a través de propuestas de maridaje únicos. Viry es nuestra Relaciones Públicas en España, pero también va tejiendo redes no solo en este país sino en México. Además, será nuestra Visionaria Líder de la Sección sobre Emprendimiento Rural. Vive en España

Últimos Artículos

Sobre la búsqueda de la felicidad y otras quimeras…

Dícese de la felicidad que es “el estado de ánimo de una persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea, o por disfrutar de algo bueno (tangible o no) en su vida”. Podríamos debatir horas sobre cómo cada quien interpreta qué es ser feliz, o qué...

leer más

Otros Artículos

Otros

Asertividad femenina: Desafiando estereotipos

En la complejidad de la comunicación laboral, me surge una pregunta intrigante que permea también el tejido familiar y social: ¿por qué las mujeres asertivas son a menudo etiquetadas como mandonas?  Cuando escuchas a una mujer decir frases como: “debes completar esta...

leer más