Estudio: Venciendo la Inercia del Suelo Pegajoso
Estudio realizado por FeminismoINC y Visionarias
«Venciendo la inercia del Suelo Pegajoso» es un estudio realizado en alianza por FeminismoINC y Visionarias con la finalidad de detectar los principales impedimentos que tienen las mujeres en Iberoamérica para desarrollarse en el mundo laboral, con especial énfasis en aquellas que se encuentran en posiciones de la base de la pirámide organizacional. Se encuestó y entrevistó a un grupo de 180 mujeres de España y América Latina, encontrando cuatro grupos de factores asociados al “suelo pegajoso”: salud mental, barreras organizacionales, sesgos y estereotipos de género y barreras familiares/sociales. Se propone un conjunto de recomendaciones a empleadores y diseñadores de políticas públicas gubernamentales para corregir esta desigualdad en el acceso al empleo formal por parte de las mujeres y que garanticen su permanencia con igualdad de oportunidades.

Infografía realizada por @mima.maker (Instagram)
Al hablar de «suelos pegajosos» se hace referencia a la metáfora acuñada por el movimiento feminista que da cuenta de las barreras que anclan a muchas mujeres a posiciones de menor nivel y que las predisponen a una mayor precariedad laboral, ya que mayoritariamente ocupan los trabajos peor remunerados, los que exigen menor cualificación, los que se realizan a tiempo parcial o bajo modalidad temporal y que gozan de menor valoración social.
Hay diferentes maneras de abordar el “suelo pegajoso”, pero en general, toda forma de abordarlo confluye en el espacio de lo privado, en el cual las tareas de cuidado y vida familiar están relegadas únicamente a las mujeres. Ese espacio que ocupa cantidad de horas adicionales dificulta, por un lado, la conciliación laboral – vida privada y por otra, impide crecer profesionalmente.
Los trabajos no remunerados están comprendidos en las labores de cuidados que suelen hacer las mujeres por tradición patriarcal: amas de casa, cuidadoras de personas dependientes: niñas y niños y personas mayores. Es un trabajo “invisible o invisibilizado” que para las cuentas nacionales y subnacionales de nuestros países ni siquiera es considerado trabajo y no se usan como base de cálculo en los indicadores económicos, aun cuando sostienen la actividad productiva.
Se habla del “techo de cristal” para referirse a la falta de mujeres en puestos de responsabilidad en las empresas. Los obstáculos del techo de cristal están claramente identificados y existen muchas entidades y asociaciones de mujeres que están trabajando por la paridad e igualdad usando esta metáfora. Más desconocido es el concepto de suelo pegajoso, que hace referencia al último escalafón del mercado laboral del que es muy difícil salir por variadas razones.
El suelo pegajoso está más enfocado a la decisión de muchas mujeres a la hora de tomar una decisión sobre su carrera profesional, donde pueden mostrar sus preferencias en determinado momento de su vida por el cuidado de los hijos o sus mayores, o una vida en el ámbito doméstico donde asumen responsabilidades que acaban por condicionar su acceso a un tipo de trabajo determinado.
Salir de este «espacio natural» que según el patriarcado les corresponde, es un obstáculo para su desarrollo profesional.
Existe mucha presión dentro de la pareja, en la familia y en la sociedad para hacer creer a las mujeres que son las principales responsables del cuidado. El sentimiento de culpa y las dobles jornadas dificultan su promoción profesional, tal y como está configurado el mundo empresarial masculino.
Para facilitar la conciliación familiar-laboral, esos trabajos que no son a jornada completa acaban por desarrollarlos sobre todo mujeres y en muchos casos con un salario menor que si los ejecutara un hombre.
Otros empleos remunerados también fomentan la perpetuación del suelo pegajoso. Son los llamados sectores “feminizados”, educación, sanidad y servicios, por ejemplo.
Son en estos sectores donde más se concentran las mujeres y son, además, los sectores más afectados por la pandemia. Esta ya por sí misma es una variable que ha precarizado aún más la situación de muchas mujeres en la post pandemia.
Lograr identificar las variables que inciden en la consolidación de ese suelo pegajoso para proponer salidas viables a las mujeres más allá de su espacio decisorio personal, es un paso importante que las y los empleadores públicos o privados deben conocer para idear mecanismos organizacionales género sensitivos que contribuyan a garantizar empleo, así como evitar feminizar más la pobreza.
Perfil de nuestras encuestadas
El cuestionario fue respondido por 180 mujeres de edades comprendidas entre 18 y hasta más de 55 años, concentrándose el 57% de la muestra entre 35 y 54 años de edad. La mayoría de las repuestas (78%) provinieron de España, Venezuela y México, por ser las redes naturales de las autoras de la investigación. El 95% de las encuestadas cuentan con estudios de tercer y cuarto nivel lo cual nos indica un grupo de respondientes con alto nivel educativo, unido a que el 60% reporta tener más de 15 años trabajando.
En cuanto a la situación laboral, 12% estaba en situación de desempleo al momento de responder la encuesta. Aquellas que están empleadas se distribuyeron por niveles de cargo en posiciones mayoritariamente medias y altas.
El ejercicio de estas labores se está realizando en mayor proporción en situación de contrato fijo o indefinido, seguido por autónomas o freelance. En cuanto a la duración de la jornada prevalece la modalidad completa sobre trabajo por horas. En lo referente a locación para trabajar, el modo híbrido (casa y presencial) fue el más seleccionado.
El 55% de las mujeres que respondieron la encuesta son madres.

Foto de Freepik
Barreras encontradas
Las situaciones laborales más experimentadas en la vida laboral de estas mujeres y que dan cuenta de las barreras enfrentadas a lo largo de su carrera pueden ser agrupadas en 4 categorías: Trastornos en la Salud Física, Mental y Emocional; Barreras Organizacionales; Discriminación o Sexismo; y Barreras personales, familiares o sociales. Mencionamos algunas de ellas en orden de escogencia:
- Sensación de fatiga y/ o agotamiento por el trabajo doméstico que es necesario hacer al regresar del trabajo.
- Sueldo insuficiente sin posibilidades de negociar aumentos.
- Sensación de culpa por estar muchas horas en el trabajo y no con la familia u ocupándote de las responsabilidades familiares.
- Impotencia al no contar con un entorno laboral que se ocupe de tu desarrollo.
- No tener tiempo o dinero para estudiar y mantenerte actualizada.
- No contar con tutoría o mentoría de parte de una persona de la empresa que te guíe en tu desarrollo profesional.
- Ejercicio de funciones en cargos de base; apoyo y soporte por más tiempo del deseado.
- Asignación de labores por debajo de tu potencial.
- Exclusión de reuniones o espacios de discusión para arribar a decisiones de peso en la empresa.
- Sensación de que no se te escucha ni se atiende tu deseo de ser promovida.
- Sensación de ser invisible para tus superiores
- Falta de horario flexible.
- Chistes sexistas o bromas acerca de tu apariencia física o edad o vestimenta.
- No tener tiempo o dinero para hacer networking o relaciones públicas que te conecten.
- Dificultades para plantear a tus superiores tus aspiraciones para hacer carrera en la empresa.

Datos Cuantitativos. Infografía realizada por @mima.maker (Instagram)
Para leer todas las barreras detectadas por nuestras encuestadas, solicita el Informe completo Venciendo la Inercia de los Suelos Pegajosos al correo redaccion@visionarias.business
Ser Madre: otra barrera
Como ya mencionamos en un principio, 55% de las mujeres que respondieron la encuesta, son madres, y por los resultados, confirmamos que los cuidados y las responsabilidades dentro del hogar que son asumidas por las mujeres principalmente, frenan su desarrollo profesional ya sea dentro o fuera de las empresas.
Las madres del estudio han experimentado con una frecuencia de «siempre», alguna de las siguientes situaciones mientras concilian con su vida laboral:
⇒Tener la responsabilidad de la limpieza del hogar
⇒Tener la mayor responsabilidad sobre la crianza de los hijos
⇒Tener la responsabilidad de darles de comer
⇒Tener la responsabilidad por los fallos o errores de los hijos
⇒Sentir que no es un buen modelo de madre o esposa
⇒Resentimiento por la poca involucración de la pareja en las labores del hogar
Mientras tanto, «con frecuencia», han manifestado:
⇒Sensación de estar abrumada o sobrepasada por ser madre
⇒Sentir culpa por no estar haciendo lo suficiente por los hijos
⇒Querer poder disfrutar más de los hijos
⇒Sensación de que, si ella no lo hace, nadie más lo hará.
⇒Sensación de no tener tiempo para sí mismas.

Foto de Marcin Jozwiak (Unsplash)
Trastornos de Salud Mental, Física y Emocional
Me quedan 5 cursos para comenzar mi monografía de egreso, para recibirme de educadora social. Pero tuve que abandonar dos materias este año porque me siento muy cansada. Trabajo 32 horas y mi sueldo apenas me da para vivir y se roba toda mi energía. En mi país si tu familia no te puede sostener económicamente para estudiar, se trabaja y estudia a la vez desde temprana edad porque es muy alto el costo de vida. Si me recibo tendré posibilidad de aspirar a mejores trabajos pero como mi trabajo me lleva toda mi energía, me sigo atrasando en los estudios. Y no alcanzo el título. Me pasa que estoy cansada de sacrificarme para llegar o sacrifico la vida social o sacrifico mi descanso o sacrifico mi tiempo de ocio para poder cumplir y vivir a la vez. Por suerte no tengo hijos, sino no tendría opciones.
Lograr un equilibrio entre el trabajo de dirección\gerencia y los hijos no es tarea fácil. Se necesita mucho apoyo sobre todo emocional y, aunque a veces no se diga, la salud mental puede llegar a ser costosa.
La composición de la muestra, -mujeres trabajadoras activas, maduras en edad, formación y experiencia-, pareciera contrastar con las situaciones reportadas a lo largo de su carrera, llenas de barreras organizacionales, personales o familiares. Muchas de ellas se adaptaron, otras abandonaron el espacio laboral formal. Pero ambos procesos son vividos con mucha intensidad emocional, por lo que no extraña que la principal variable elegida en la lista de situaciones laborales, sean los trastornos mentales o físicos asociados a la experiencia laboral.
La fatiga y el agotamiento por tener que llevar dos o tres trabajos al mismo tiempo, la impotencia por no tener salidas a la situación, la sensación de culpa por estar muchas horas en el trabajo y no con la familia, el no sentirse escuchadas o ser invisibles a los ojos de sus supervisores, son las razones más elegidas por las participantes del estudio y que describen una situación que afecta la salud y estabilidad psicológica de estas mujeres. Este es sin duda, un problema de salud pública.
Barreras Organizacionales
Teniendo además de la carrera universitaria, 3 masters, más años de experiencia y más idiomas recibo un sueldo un 40% inferior a un compañero con funciones inferiores a las mías y con menos experiencia y formación. Además, tras yo pedir excedencia, a él le han subido más el sueldo.
Tuve que renunciar a una empresa para la que trabajé 12 años porque ya no podía seguir creciendo, me había involucrado en la expansión de la empresa por varios países, tuve experiencias en diferentes áreas y cuando pedí una gerencia me dijeron que esos puestos estaban reservados para hombres.
En segundo lugar, siguiendo con los resultados del estudio, emergen las barreras de tipo organizacional, no atribuidas a las mujeres sino al entorno donde desarrollan su actividad laboral. Tradicionalmente se piensa que son más las responsabilidades de tipo personal (maternidad, familia, capacidades) los que explican por qué las mujeres no despegan en sus emprendimientos o en sus carreras. Sin embargo, estos resultados invitan a ampliar la mirada dando mayor peso a elementos como: brecha salarial o sueldos precarios, asignación de labores por debajo del verdadero potencial, exclusión de toma de decisiones, no tener guía o consejería por parte de la organización, falta de horario flexible, dificultad para expresar aspiraciones a supervisores o departamentos de recursos humanos, falta de apoyos para las madres (salas de lactancia, guarderías, teletrabajo, etc).
Para muchas de las encuestadas, la percepción que tienen sobre sus empresas es altamente negativa (“irracional”, “desconectada”, “de espaldas”, “castigadora”) al reportar que no contaron con su respaldo ante el múltiple rol que como mujeres debían jugar. Esto se agrava con la edad, si se es migrante, si se trabaja en espacios hipermasculinizados, si no hay otras mujeres poderosas solidarias que ayuden a las de la base y si viven en entornos que supeditan el papel de las mujeres al de reproductoras biológicas y cuidadoras, culpabilizándolas si algo sale mal.
Discriminación o Sexismo
He sido víctima de acoso por parte de un directivo, quien a causa de mi rechazo, puso barreras a mi desarrollo profesional. Posteriormente, falta de oportunidades probablemente por falta de contactos o apellidos importantes, aunque cada año la valoración de mi desempeño es excelente.
Un tercer grupo de barreras encontrados son las que constituyen el conjunto de sesgos y estereotipos basados en género: chistes sexistas, cosificación o estigmatización del cuerpo de las mujeres, frecuentes interrupciones en el derecho de palabra por parte de un hombre, acoso sexual u hostigamiento y descalificación por ser mujer para ocupar ciertas posiciones mejor valoradas.
Este es quizás el conjunto de barreras más difícil de erradicar porque depende de una transformación cultural que rompa con el círculo de la violencia, que está muy normalizado y alentado socialmente. Sólo con educación formal o informal desde los niveles más básicos de formación y al conjunto de trabajadores y trabajadoras de manera sostenida, pueden crearse consensos y acuerdos para que tales barreras no formen parte de la cultura organizacional tradicional.
Barreras personales, familiares o sociales
Soy madre soltera, tengo 34 años, trabajo en una empresa que tiene como objetivo dar servicios de soporte técnico a otras empresas, mi puesto es como ingeniero de soporte técnico, estoy titulada pero no gano como un ingeniero, en los días que tengo que acudir a una consulta médica o junta escolar en la que me demande medio día de mis labores, los tengo que reponer o de lo contrario serán descontados de mi salario, no somete salgo a la hora que debe ser, se ocupan 30 o 40 min después de mi hora de salida
Trabajaba en política. Mi antigua jefa (se auto denominaba feminista) al despedirme me dijo «la maternidad no es compatible con la política, es por eso que en política no hay mujeres «
Compaginar el tiempo entre ser madre, esposa, hija y profesional es muy complejo; queda muy poco tiempo para redescubrir quiere eres, los trabajos para las mujeres deberían ser por objetivos y no por horarios. La mujer lleva una responsabilidad y una carga muy grande.
Por último, se registran en este estudio las barreras de tipo más personal atribuidos a un círculo de influencia que abarca la familia y los grupos con los que se relacionan estas mujeres: pobreza de tiempo, falta de conexiones sociales, emprendimientos por necesidad, ataduras familiares que impiden aprovechar oportunidades laborales, exceso de carga doméstica y de cuidados no remunerados exclusivamente sobre sus hombros.
En el caso de las madres (55% de la muestra), la situación se agrava hasta el punto de que para algunas de las participantes no tener hijos es visto como una ventaja para avanzar en la carrera, según reportaron en sus testimonios. A la carga laboral y doméstica, se le suma la carga mental asociada a la responsabilidad del bienestar de los hijos, pareja, espacio doméstico y laboral.
Recomendaciones
Urge aplicar perspectiva de género en el marco de las relaciones laborales para hacer evidente cómo de manera diferenciada, las mujeres son sujeto de discriminaciones múltiples que las llevan a permanecer ancladas a posiciones de base durante muchos años que en nada tienen que ver con sus verdaderas capacidades y vocaciones, lo cual viene aparejado con alteraciones en su salud física y mental.
Se propone un grupo de cuatro recomendaciones generales:
♦ Velar por la salud mental, física y emocional de las mujeres con absoluta prioridad.
♦ Aplicar las medidas de conciliación recomendadas por OIT para evitar la fuga de mujeres de los espacios laborales formales y abrirles oportunidades para su carrera laboral.
♦ Educar a la población laboral para que identifiquen y erradiquen los estereotipos y sesgos sexistas que sistemáticamente discriminan a las mujeres.
♦ Redistribuir las cargas de cuidados entre todos los miembros de las familias, con apoyos concretos desde el sector empresarial y gubernamental.
♦ Para que esto sea posible se requiere la intervención coordinada de las empresas, las familias y el Estado con el objetivo de proteger los derechos de las mujeres alcanzados en la última década y así mitigar los efectos que las desigualdades de género han ocasionado en desmedro de las mujeres de nuestros países.
ESTUDIO
“VENCIENDO LA INERCIO DEL SUELO PEGAJOSO”
FEMINISMOINC – VISIONARIAS
MAYO 2022
Para más información:
redaccion@visionarias.business
Página Web:
feminismoinc.org
visionarias.business

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