La Sanación es un camino, no un fin

por | Adriana Rojas, Entrevistas, Salud y Bienestar

Escrito por Adriana Rojas

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Ir hacia adentro de nuestras emociones y motivaciones, a lo más profundo de nuestro interior, se dice fácil, pero no lo es. En la práctica es una tarea muy dolorosa, sobre todo, si en ese reconocimiento de lo que sentimos y pensamos tenemos que hacer un viaje muy lejano, al pasado, a nuestra infancia, donde posiblemente experimentamos traumas.   

Cuando esas heridas no son identificadas o sanadas, al llegar a la etapa adulta, normalmente nos comportamos desde ese lugar herido.   

Así que, si fuiste rechazada, abandonada, si fuiste blanco de violencia verbal o física, conectarte con tu niño interior, y trabajar para sanarlo, puede ser la clave que te ayude a reconstruirte y avanzar como adulta para tener la vida saludable que mereces.   

Y esto fue lo que le sucedió a Paula Ocampo. Ella sufrió abuso sexual cuando apenas tenía 3 años, un drama personal que siguió viviendo hasta su adolescencia. Ese fue un secreto que guardó durante más de 30 años, y que calló por miedo y por sentir culpa, lo que le dejó secuelas que afectaron su vida de adulta.   

Sin embargo, Paula, decidió escribir para sí misma una nueva historia en su vida; la de sus logros, la de sus triunfos, la de alcanzar el bienestar. Y hoy es un claro ejemplo de superación que puede ayudar a muchas mujeres a conocer que sí existen opciones para sanar y avanzar.

Paula ha dedicado parte de su vida a formarse para poder ayudar a otros. Un llamado de su alma le hizo comprender que estaba destinada a ser un canal para guiar y apoyar a los que sufren lo que ella misma vivió.

Actualmente es coach transpersonal, tarea que le permite realizar un proceso integral entre mente, cuerpo y espíritu con sus pacientes. Además, está formada en Ho’oponopono, Programación Neurolinguística (PNL), Reiki, y está certificada en Angel Card Reading con Doreen Virtue. También es la autora del libro Vivir sin Culpa, su primera publicación.

«El camino de sanación no es solamente a través de una técnica o a través de solo una metodología, sino de muchas. Tiene que ver con el cuerpo, mente y espíritu «

Lo que guardas en tu interior

¿Te has visto, como adulto, reaccionar de forma inesperada ante los ojos atónitos de otros, por lo que le parece una pataleta o un estallido sentimental sin sentido?   

Esos arrebatos, sin que tú misma lo puedas entender, pueden ser emociones reprimidas por esas heridas de la infancia que emergen de manera imprevista.   

En el caso de Paula, reacciones de este tipo, terminaron afectando sus relaciones, en general, su vida de adulta.

Pero gracias a un trabajo interno muy profundo, logró encontrar la raíz de sus problemas en su infancia y poner manos a la obra para transformarse.   

Distintas corrientes de la psiquiatría y la psicología le han dado el nombre de “niño interior” a aquellas heridas que, cuando no han sido curadas, se abren continuamente de forma inconsciente, afectando la vida actual de la persona.   

El niño interior es un concepto nacido de la terapia Gestalt, (una corriente de la psicología dedicada al estudio de la percepción humana), que se refiere a la estructura más vulnerable y sensible de nuestro “yo”.   

El concepto del niño interior también fue abordado por reconocido médico psiquiatra y psicólogo suizo, Carl Jung, quien vio al niño interior como un arquetipo -un aspecto de la personalidad que emerge en determinados momentos de la vida-, que representa la parte inocente, sensible y llena de asombro de la persona.   

Camino hacia la transformación

Paula está casada y tiene dos hijos, una niña de 8 años y un niño de 4. Es colombiana, nacida en Pereira, una región cafetalera de este país latinoamericano. Vivió muchos años en la capital, Bogotá, donde estudió negocios internacionales, y consiguió el estilo de vida que en ese momento pensaba que quería. Pero, en el fondo, como ella misma relata, sabía que eso no era lo que le “llenaba en la vida”.

Paula probó de todo. Hizo terapias psicológicas y psiquiátricas, buscando soluciones. Más adelante, con terapias alternativas, según explica, es que ha podido sanar aún más sus heridas como sobreviviente de abuso sexual.

En Colombia, desde muy niña (de 8 años), comenzó a interesarse en temas de crecimiento personal. Devoraba libros sobre el tema. “Luego, de joven, comencé a hacer cursos de los Ángeles, que me llegaron como caídos del cielo en un momento crítico. Inicié un camino espiritual buscando respuestas a vacíos emocionales que tenía”.

Con su esposo -quien debía viajar por motivos laborales-, y sus hijos se fue a vivir a los Estados Unidos, donde como ella misma comenta, comenzó a experimentar “lo que en espiritualidad le llaman ´la noche oscura del alma´. En ese momento tuve la oportunidad de estar con mis miedos más profundos, esos que no había querido ver antes”, rememora.

“Yo no quería vivir. Yo simplemente quería irme de este mundo. Nunca traté de cometer suicidio, pero yo ya estaba en una depresión muy profunda. Recuerdo que una noche dije: ‘Señor: debe haber otra manera de vivir’, porque yo ya no podía vivir más de esa forma. Y fue después de esa ‘noche oscura’, que comencé a ver la luz. Me dije: yo quiero enfocarme en la sanación espiritual, hacer mi camino y poder dedicarme a esto”.

En esa nueva etapa, fue muy grande el aprendizaje. “Yo me tenía que ir lejos de mi ambiente, de mi país, para poder encontrar esa herida, poderla trabajar y sanar”, sostiene.

Asegura que, a pesar de haber sido una experiencia “dura y fuerte”, hoy puede decir, después de 7 años, que era un aprendizaje necesario. “Vemos las caídas, como malas, pero si nos damos cuenta que hay un aprendizaje, luego sabemos que es por algo. Yo lo tenía que hacer, sino me hubiera quedado así toda mi vida, y hoy puedo decir que valió la pena”.

Y lo que valió la pena para Paula, fue comenzar aquel camino que ya su alma le había dicho que debía seguir. “Se trataba de “hacer mi proceso y luego poder ayudar a otras personas”, resalta.

Paralelamente, se propuso certificarse como coach transpersonal. Fue un momento de revelación.

“Cuando comienzo en mi carrera de coaching transpersonal, lo primero que me pregunta la tutora, fue acerca de mi hija, que tenía como 3 años en ese momento. Yo le comenté que mi hija tenía problemas sensoriales, no le gustaba que nadie la tocara, solo yo. Y entonces ella me pregunta: ‘¿Y a ti qué te pasó a los 3 años?’, e inmediatamente me saltaron las lágrimas. Ahí fue que dije, que reconocí lo que me pasó”, recuerda.

“Me vi en ciertos momentos borrosos, como sensaciones, momentos que se me vinieron a la mente. Un sobreviviente de abuso sexual se disocia para poder sobrevivir, entonces, esos recuerdos se quedan muy guardados”, agrega.

Y hace una aclaración: abuso sexual no es solamente que te violen o te penetren, no. Es cualquier tipo de tocamiento. Es que una persona con autoridad sea un adulto o incluso un niño de la misma edad, te obligue a hacer cosas, aprovechándose de tu vulnerabilidad con una connotación sexual. “Y eso fue lo que a mí me sucedió con muchas personas durante varios años, como hasta los 13 años. Esto se vuelve como un círculo vicioso donde tú eres como presa fácil de otros abusadores”.

“Los abusadores huelen a un niño que ha sido abusado”, advierte Paula. “Tú no sabes, como niño, qué es lo que sucede, pero se vuelve como tu normalidad, cuando es todo súper anormal. Eso me sucedió a mí, y lo más grave, es que hacen creer que el niño o niña es el causante de lo sucedido, y es por eso por lo que nos quedamos callados, tanto hombres como mujeres, por tantos años”, subraya.

Después del coaching transpersonal, Paula se concentró en hacer un diplomado en Bioneuroemoción y practicó yoga de trauma. Su próximo paso es certificarse como coach de trauma el próximo año, “y así, ir más allá, más profundo, porque el camino de sanación no es solamente a través de una técnica o a través de solo una metodología, sino de muchas. Tiene que ver con el cuerpo, mente y espíritu. No puede ir una sin la otra”, resalta.

La psicología, pero también otras terapias complementarias, pueden ayudar a sanarnos. Paula sostiene que debe existir un equilibrio entre la medicina tradicional y otras alternativas, que, en su caso particular, ha sido favorecedor.

“Para llegar a la raíz de mi situación tuve que vivir el dolor, comprender sobre todo el para qué, porque si no tienes un propósito, no te motivas a seguir”, comenta.

Advierte que también es necesario conocer cómo se involucra el cuerpo, que es lo principal que ha sido vulnerado en un abuso sexual. “El trauma queda estancado en tu sistema nervioso, por eso también es necesario hacer una terapia de trauma e involucrarlo con la medicina tradicional. La terapia somática, que tiene que ver con el cuerpo, también la estoy abordando mucho ahora, porque creo que era lo que me hacía falta en este camino”.

Técnicas que refuerzan la sanación

A pesar de estar en un camino de crecimiento interno, según Paula, el recorrido puede hacer que se vuelva a los antiguos hábitos. “A veces hay disparadores”. Por eso recalca la importancia de contar con técnicas que te permitan enfocarte de nuevo.   

En su caso, le ha resultado la práctica del Ho’oponopono, una técnica hawaiana de resolución de problemas inconscientes, que significa borrar un error de pensamiento.   

Explica que nuestro inconsciente es el responsable en 95% de cómo es nuestra vida. Por eso en sus sesiones, “siempre le pregunto a las personas ¿cómo son tus relaciones, ¿cómo es tu parte financiera, cómo es tu exterior? Entonces, cuando tú te das cuenta, dices: mis relaciones están mal, o no tengo dinero, etc. Eso quiere decir que tú tienes unas creencias, unas memorias, todo eso que aprendiste, hoy se están reflejando en el exterior”.   

Asegura que, con el Ho’oponopono, al repetir unas palabras de alta vibración, como son: perdóname, lo siento, gracias, te amo. Vas a ir a esas memorias, que van hasta antes de nacer, o desde muy chiquitos.   

“Cuando hacemos Ho’oponopono borramos esas memorias que muchas veces ni siquiera sabemos que tenemos, y las cambiamos por otras creencias, digamos positivas, que van cambiando esos problemas. Entonces ya no nos quedamos en esos patrones negativos, sino que vamos teniendo paz interior (…) El Ho’oponopono no es solamente que te va a sanar sino es que te trae las herramientas, comienzas a abrir los ojos y comienzas a ver la vida de otra manera, sin el sesgo de las heridas”, asegura.   

Otra técnica que ha ayudado a Paula a sanar y a crecer interiormente, ha sido Sanar tu Niño Interior, rama en la que se ha especializado también.   

“Es comunicarse con esas heridas, verlas, desde una óptica o desde una parte compasiva con uno mismo, porque muchas veces el que habla es el niño, tu niña herida y hace una pataleta. Es cómo tomar ese niño, ver esas heridas, cuáles son, qué quiere decir e irles prestando toda la atención y la comprensión para sanarlas”, dice.  

Un libro para «Vivir sin culpa»

Pese a toda la situación lamentable que vivió de niña, Paula tuvo la oportunidad de ver su vida desde otra perspectiva, de salvarse a sí misma. Movida por todo lo aprendido en su formación, y gracias a toda su experiencia, Paula decidió escribir un libro que tituló: Vivir sin Culpa, donde expone los secretos y su evolución a lo largo de 32 años.

“Yo no tenía la menor idea de que nosotros veníamos a pasarle a nuestros hijos nuestros traumas, o que veníamos heredando traumas. Comencé a conocer información que me daba respuestas a todo lo que yo había buscado en el curso de coach transpersonal (…) al sacar la culpa, al comenzar a permitirme sentir mis emociones, al comenzar a hacer este proceso de perdón, es que sale mi libro. No podía quedarme con todo lo aprendido para mí solamente o para la escuela, sino que lo tenía que compartir, porque yo estaba segura de que había más gente pasando lo mismo que yo”.

El libro narra ese proceso -surgido del curso de coach transpersonal-, que fue el comienzo de convertirse “de oruga a mariposa”. “Y esto sigue, esto no tiene fin”.

Paula le deja un mensaje a todas las mujeres que desean crecer a nivel personal, desde dentro: “A pesar de que nos haya pasado lo peor, nosotras podemos cambiar eso, pero no desde el papel de víctimas. Es tomar la responsabilidad de tu vida y hacer algo para cambiar. Nadie lo va a hacer por ti, nadie. Solo tú misma siendo completamente honesta”.

Asegura que se puede vivir sin culpa, porque “la sanación es un camino, no un fin”. Y asegura que se puede cambiar la culpa por responsabilidad, y eso es un trabajo diario.

“Es un recorrido. Un compromiso de todos los días, para tratar de callar esa voz del trauma, la voz de la niña herida, para darle voz a la responsabilidad, a qué puedo hacer por mí, porque la culpa ata, y la responsabilidad hace que actúes. Yo he tomado acciones para sanar y tú también puedes hacerlo”, resalta.

Recomendaciones que te pueden ayudar

Sobre la base de su experiencia de vida y profesional, Paula enumera una serie de consejos para aquellas personas que decidan dejar de estar atrapadas por sus heridas internas:  

Lo principal es que miren su vida hoy, cómo están tus relaciones, cómo está tu parte financiera, cómo está toda tu vida, ¿hay algún vacío, hay algo que sientes que no está bien, que te hace falta?   

– Otra cosa es observar lo que se repite varias veces en tu vida, por ejemplo, si tienes exactamente la misma relación con diferentes personas. “No son las personas, las que están mal, lo que está pasando son esas memorias que se vean reflejadas en ese tipo de relaciones”.   

– Es importante reconocer que fuimos heridos, que nuestro padre nos abandonó o que nuestra madre tampoco nos dio amor o que nos sucedió algo.   

Aceptar lo sucedido sin cuestionarlo. Hacerle el duelo, y luego aplicar alguna técnica aprendida. Por ejemplo, cuando estés angustiada, cuando te vayas a dormir, cuando estés con ese jefe autoritario o con tu pareja, usa el Ho’oponopono, que es simplemente repetir en tu interior, en tu mente, las palabras: lo siento, perdóname, te amo, gracias, o solo te amo gracias, “y dejar que la magia suceda, sin expectativas, y verás que por lo menos, te va a dar paz”.  

“Es un recorrido. Un compromiso de todos los días, para tratar de callar esa voz del trauma, la voz de la niña herida, para darle voz a la responsabilidad, a qué puedo hacer por mí, porque la culpa ata, y la responsabilidad hace que actúes. Yo he tomado acciones para sanar y tú también puedes hacerlo”

Puedes saber más de Paula aquí

Facebook
@paulaocampocoach

Página Web
https://www.paulaocampocoach.com/

Adriana Rojas

Periodista con amplia trayectoria como Coordinadora Editorial, reportera y corresponsal, en diferentes medios de comunicación social de Venezuela; como Notitarde, El Tiempo, El Nacional, Producto, Noticiero Industrial, La Guía del Motor y Acces Directv. Ha sido colaboradora en las Revistas Business Venezuela de Venamcham, Construcción, Fedecámaras y Dinero. Es redactora, especialista en temas de salud y bienestar integral, y se ha formado en España como Community Manager y Marketing de Contenidos y Copywritter.

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