¿Por qué no la dejaban hacer su trabajo sin importar si era mujer? ¿Por qué no la dejaban que aportara ese talento a la mejora de la empresa y de sus trabajadores? ¿Por qué tenía que pasar el 80% de su tiempo defendiéndose o justificándose que a pesar de ser mujer podía hacer ese trabajo?…
¿A pesar de ser mujer? … ¿en serio? 
Como no daba golpes en la mesa, o se ponía a gritar… ¿no era capaz de hacer su trabajo?…

Le costó levantarse. No le apetecía. No tenía ganas. Tenía que ir a trabajar, los niños al cole, preparar el desayuno… así que…. había que levantarse.  Se obligó a hacerlo. Salió de la cama y se sentó en el taburete de la cocina. La cabeza entre sus manos. “Necesito un descanso” se dijo.  Así que se puso en marcha.

Café primero.  Desayuno de la familia preparado. Ducha y su desayuno listo. Hoy había Consejo de Dirección por lo que se concentró en el armario. Sabía que una mitad de la junta las apoyaba. La otra mitad iba a ir a por ella. A por ella y a por su compañera. Eran las únicas directoras mujeres y en cada reunión les hacían saber que ellas no pertenecían a la “tribu”. Bueno, pues vale. Ellas ya tenían su “tribu” y después de estas reuniones el Bar de Antonio era su lugar de encuentro. Cuando Antonio las veía llegar, a ellas y a otras 2 mujeres de la empresa, les preparaba una botella de chardonnay o pinot-noir y se sentaba con ellas. Ella lo consideraba un mentor y un amigo.

Hoy Junta. Decidió que sus botas “Bikers” iban en el atuendo. Nada de Louboutin hoy. Falda, americana y botas bikers. Si, decidido. Estaba cansada y necesitaba alguno de sus talismanes en su atuendo. Las botas “badass”, como las llamaba su hijo, era lo que necesitaba.

Hoy consiguió ingerir algo antes de ir a la oficina. Sabía que le esperaban las mismas actitudes de siempre desde que la habían promocionado. Desdén, desprecio, crítica constante y apoyo también. Su exjefe no llevaba nada bien que a ella le hubieran promocionado y a él no. Se lo hacía saber cada día. Ella, había llegado a pensar que ahora tenía un hijo adolescente más. Suspiró.

Estaba cansada. Cansada de luchar para llegar hasta donde había llegado; cansada de luchar en casa porque le dedicaba muchas horas al trabajo; cansada de explicar a su pareja que no dedicaba más que él; cansada de que nadie se fijara en los 2 títulos universitarios, 3 masters, 5 idiomas que hablaba y los años de experiencia y éxitos a sus espaldas sino en que seguía utilizando una talla 40 y se mantenía en forma a pesar de tener más de 45 años. Cómo si ser mujer fuera un pecado. Cómo si… Sí, estaba cansada. Suspiró. Luego respiró y se puso en marcha.

«Estaba cansada. Cansada de luchar para llegar hasta donde había llegado…«

Al llegar a la oficina la saludaron los guardias de seguridad, unas personas fantásticas, por su nombre. Les preguntó por su familia y charlaron un par de minutos. A ella le parecía importante dedicar unos minutos a la gente. Cuando esperaba al ascensor llegó su exjefe y su colega directora, a él le saludaron con un “buenos días Sr. X”. A ella, por su nombre “buenos días Y”. A ellas nunca les llamaban Sra X. Sólo su nombre. Sinceramente, lo prefería. Era más cercano. Pero se sorprendió en la diferencia de trato. Umm, le preguntaré a los chicos de seguridad porqué lo hacen, pensó.

Llegó a su oficina y se sentó ya agotada. Y sólo eran las 8am! En el camino del ascensor a su despacho ya había oído tres comentarios despectivos sobre ella, aguantado como 2 colegas no le habían quitado el ojo a su trasero, y soportado comentarios de que no tenía estilo porque llevaba unas botas “bikers”; que no era lo que se esperaba de ella. Miró a su café ¿Se notaría mucho si al café que llevaba le añadía un chorrito de whisky? Mejor, y ¿si sustituía el café por el whisky? En alguna parte del mundo seguro que eran las 5 de la tarde!!!

Estaba cansada. Era excelente en su trabajo, le apasionaba. Pocas personas podían hacer lo que ella hacía al nivel de calidad que ella lo hacía. ¿Por qué no la dejaban hacer su trabajo sin importar si era mujer? ¿Por qué no la dejaban que aportara ese talento a la mejora de la empresa y de sus trabajadores? ¿Por qué tenía que pasar el 80% de su tiempo defendiéndose o justificándose que a pesar de ser mujer podía hacer ese trabajo? … ¿A pesar de ser mujer?… ¿en serio? 

Como no daba golpes en la mesa, o se ponía a gritar, ¿no era capaz de hacer su trabajo? Porque no creía en impartir terror como forma de liderar, ¿no podía hacer su trabajo? Porque había escogido un liderazgo más humano y empático, ¿no era capaz de dar resultados?

Quizás el problema radicaba en que desde que ella y su compañera estaban en la junta de dirección, habían aumentado los beneficios y habían conseguido los resultados esperados antes de lo previsto. Además, habían aumentado la innovación y rendimiento de sus equipos y reducido los riesgos. Gracias a la visión de ellas. Gracias al cambio y a la diversidad en la dirección. Ains, lo mismo era eso.

Respiró profundamente, relajó sus hombros y espalda, cogió sus notas, Tablet y café y se dirigió hacia la sala de reuniones. Sentía que el cansancio iba dejándola mientras sonreía.  Había que cambiar varias cosas de su entorno, se dijo. Desde ya.

En el camino a la sala, a los que habían observado su trasero les observó el suyo e hizo un comentario, en voz alta, a las otras mujeres sobre su forma y consistencia. Ellas, listas, le siguieron el juego.

A los de las críticas les pidió que le llevaran ellos, el café a la sala de reuniones y les indicó los múltiples errores en sus informes. En privado, eso sí. Con una sonrisa, les indicó que esperaba los informes mejorados y con nuevas propuestas.

A las que le habían criticado su estilo de vestir les comentó que las botas eran sus favoritas y que se acostumbraran a ellas porque, desde luego, eran mucho más confortables que los tacones de 10cm.

Sonrió al entrar en la sala de reuniones. Se sentó al lado de su compañera y chocó los 5 con ella. Sonrieron. Las cosas empezaban a cambiar desde hoy, no iba a esperar a “mañana” se dijo. Había empezado en el camino a la sala de reuniones. Seguiría con las propuestas de promoción a dos mujeres espectaculares con un alto potencial en la presentación de hoy. Iba a dar visibilidad al talento femenino que había en la casa. Empezado por las dos mujeres de la propuesta de hoy.

Curioso, ya no se sentía tan cansada. Se sentía más ligera. Cómo hacía mucho tiempo que no se sentía. Sabía que el cambio no iba a ser fácil. ¿Y qué? Cambio significaba un enorme abanico de posibilidades de mejora, de pasar al siguiente nivel y seguir creciendo. Cambio era avanzar.

Sí, ya no se sentía cansada. Miró a sus botas talismán. Al reloj fit que le habían regalado sus hijos. Sonrío. Se sintió revitalizada. Segura. Entre todos lucharían por romper esos sesgos y barreras para dar espacio de crecimiento al talento femenino. Para crear un espacio de crecimiento para todos. Porque no había mejor arma para avanzar que empoderar a ese talento. Y sonrió sinceramente mientras se levantaba e iniciaba su presentación.

Roser Méndez

Fundadora y directora de Komorebi Solutions Boutique Consulting Firm especializada en PR y Comunicación Estratégica. Con un bias en temas de diversidad, equidad, y sesgos conscientes e inconscientes. DI&E Advocate. Colíder de Lean In Crownz International.

Colabora con varias organizaciones y es conferenciante en temas de equidad, perspectiva de género e igualdad en empresas y mentoriza a mujeres para que puedan llegar más lejos en sus carreras.

Roser es licenciada en Comunicación con la mención de PR y Comunicación Corporativa. Posee un Master en Marketing Digital.

Es una apasionada de la comunicación y de cómo ésta puede ayudar a crear puentes para unir culturas y personas. Ha vivido y trabajado en varios países y continentes; entre ellos Japón dónde además de tener un Máster Degree sobre Japón y China contemporáneos vivió y estudió en una bodega de sake para profundizar en su conocimiento de la cultura y del Saké.

Actualmente reside en el sur de Francia y ayuda con su firma Komorebi Solutions a dar visibilidad al talento femenino a través de mentorías, formación y consultoría.

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